26 de septiembre de 2009

Dos almas de Dios


VOTO DE SILENCIO (LA HSTORIA DE UN BESO), de y dirigida por Verónica McLoughlin. Dramaturgismo: Mariana Gianella. Iluminación: Matías Iaccarino. Escenografía y Utilería: Gerardo Porión. Vestuario: Guadalupe Cuevas. Diseño Sonoro: Manuel Toyos. Intérpretes: Germán de Silva, Julia Muzio. Lunes a las 20.30. Brilla Cordelia!, reservas al 4864-4230.

Gustave Flaubert buscaba la palabra exacta para sus relatos. Uno de ellos, Un alma de Dios (o Un corazón simple, de acuerdo a la traducción que se disponga) tenía un personaje llamado Felicidad que no necesitaba grandes cosas para ser feliz: simplemente vivir su simple vida. VOTO DE SILENCIO no se parece a ese relato pero sí se parece a un cuento. Ana se irá de su claustro. Dobla la ropa con prolijidad y la guarda en una valija grande, tan grande que ella entra entera ahí. Llueve torrencialmente. Deja su libro de penitencia sobre una mesita, toma coraje, se mete en la valija y sólo le queda esperar. Al rato llega Eduardo con su capote mojado. Eduardo asegura el cierre de la valija y la carga tomando los recaudos del caso. Es un cargamento muy delicado, muy frágil. El lo protegerá en el tren. Se van Ana y Eduardo al bucólico paisaje del campo. Y se darán un beso.
En este bello espectáculo, uno de los más bellos que se ofrezcan hoy en Buenos Aires, otro es el tiempo que se respira. No hay apuro alguno para contarlo; cuando surjan las palabras algo tendrán para decir, pero hasta entonces muchas más cosas nos dirá la respiración de Ana. Dicen que nuestra respiración es la onomatopeya del alma o la prosodia del espíritu, y además es el aliento que nos impulsa a obrar. Y Ana tiene muchas cosas que hacer en esta obra, porque quiere ser feliz. Esta obra trata sobre la felicidad y plantea su tema a partir del pulso, con una mano extendida que quiere tocar su cuerpo y una mano que tiembla poniéndole lindo el pelo, con un discurso apasionado en el silencio, una canción de amor oculta en el costurero y dos gotas de perfume detrás de las orejas.
Con algunos movimientos la escenografía se va del claustro del convento al cuarto de un ranchito, con tenues cambios de luz la noche se diluye en la mañana, y con timbre preciso la lluvia, los pájaros, el tren, marcan la presencia del mundo. Pero en escena observamos algunas pinceladas del mundo interior de Ana y Eduardo, y si no necesitamos conocer mucho más de ellos es porque la esencia está a la vista: en VOTO DE SILENCIO no hay tristeza ni temor, sólo la inquietud que genera la alegría. Ana sueña con un vestido floreado y un pañuelo en la cabeza, rodeada de chicos; Eduardo recuerda la gente que camina rápido y medio perdida por el andén de la estación, como en una película. ¿Cuál de los dos es más frágil? Uno los ve vivir a Ana y Eduardo, como en ese pasaje de Un alma de Dios a Teodoro y Felicidad: “(…) y con el brazo izquierdo le rodeó la cintura; la muchacha andaba sostenida por aquel abrazo; acortaron el paso. El viento era suave, brillaban las estrellas (…) y los cuatro caballos, arrastrando los cascos, levantaban polvo. (…) El la besó otra vez. Ella se perdió en la oscuridad.”. El mayor triunfo como autora y directora para Verónica McLoughlin es expresar mucho, mucho más que lo que cuenta, y sacar de Germán de Silva la tosca dulzura de Eduardo y encarnar el alma de Ana en el cuerpo de la maravillosa Julia Muzio. Uno puede sentarse frente a otros y contar esta historia, y a medida que avance en el relato uno recordará ciertas imágenes y volverá a sentir la emoción que esas imágenes le causaron. Y será su historia más que la de Ana y Eduardo, cuestión que tan bien le va a los grandes cuentos, esos que se transforman en parte de nuestra propia vida.

19 de septiembre de 2009

Nouvelle vague y nueva ola

ORUGA (BULLYING)

ORUGA (BULLYING), de y dirigida por Alejo Becar. Diseño de Luces: Ricardo Sica. Escenografía y Vestuario: Laura Aros. Intérpretes: Jana Vidal, Jorge Gregorio, Laura Rodríguez Cano, María Florencia Vispo, Agustina Rodríguez, Melina López, Carla Bilancieri, Giuliana Regazzoni, Johanna Figuerola, Fabiana Di Tata, Antonella Bossio, Florencia Tenaglia. Viernes a las 21 y a las 23. La Tertulia, Gallo 826, 6327-0303.

El acoso escolar no es un tema nuevo pero últimamente ha adquirido tal violencia que su lectura se vuelve relevante. En esta pieza Beccar propone observar las conductas de las agresoras y de la víctima tal como ocurriría en las aulas o en el patio del colegio, y esa es su mayor virtud, el presentar el tema con urgencia adolescente: las palabras duras o el maltrato físico no son expositivos sino que hacen vívido el conflicto y lo potencian en la sensibilidad del espectador. En el elenco de chicas descuellan Laura Rodríguez Cano (la víctima), María Florencia Vispo, Agustina Rodríguez y Melina López (las agresoras), quienes sostienen un espectáculo que podrá tener flaquezas narrativas pero cuyo valor radica en acercarse a un público relegado a la monigotada o al ninguneo de la masa.

LOVELY REVOLUTION

LOVELY REVOLUTION, de Enrique Papatino. Dirigida por Enrique Dacal. Música: Pablo Dacal. Músicos: Gonzalo Braz, Martín Elter, Maximiliano Schonfeld, Clara Stegmann. Intérpretes: Jessica Schultz, Enrique Papatino, Julio Ordano, Enrique Dacal. Viernes y sábados a las 20 (hasta el 26 de septiembre). CELCIT, Moreno 431, 4342-1026.

Mariano Moreno, como Cristo, murió a los 33 años en alta mar. Dicen que lo envenenó por orden de Cornelio Saavedra el capitán inglés del buque que lo llevaba a Inglaterra, ¿pero cómo comprobarlo? LOVELY REVOLUTION no busca ser revisionista respecto de este hecho ni de ningún otro; apuesta a la desacralización de la historia en clave de musical quizás como forma de aggiornar el imaginario colectivo respecto de cuestiones imperialistas. ¿La historia puede ser divertida y leve? Claro que sí, porque la historia la hacen los hombres y los hombres no todo el tiempo andan con el gesto adusto y el alma contrita, también andan de copas y de tertulia por la jabonería de Vieytes. Una única reserva, que a la vez es sugerencia: le vendría perfecto a este espectáculo alguna disonancia que lo trajera al reino del presente.

LAME VULVA

LAME VULVA, de y dirigida por Martín Marcou. Diseño de Luces y Asistente de Dirección: Ariel Campos. Concepción Estética y Escenográfica: Mercedes Küref. Vestuario: Eleonora Boffi. Intérpretes: Checha Amorosi, Javier Rosón, Pucchi Labaronnie. Viernes a las 22.30. La Ratonera Cultural, Corrientes 5552, 4857-2193.

El Teatro Crudo de Martín Marcou no es complaciente, digamos (para reducirlo a una palabra) que es incómodo, y pareciera que de la incomodidad hace su bandera militante. ¿Cómo es la bandera del Teatro Crudo de Martín Marcou? Un trapo de lamé raído pisoteado y escupido. Y eso está muy bueno, porque no es hipócrita. El Teatro Crudo de Martín Marcou no es nuevo pero busca su identidad, tiene las tripas a la vista como una res recién abierta y no tiene por qué gustarle a nadie para tener su lugar. Ahí está LAME VULVA con su título poético aunque parezca bestial, una obra que te tiran a la cara y te la vas sacando despacio porque con el golpe no te agredió, un espectáculo rancio y de tremenda dulzura. Las emociones fuertes no deben ser ni catárticas ni escatológicas pareciera decirnos el Teatro Crudo de Martín Marcou, deben ser emociones intensas; y en LAME VULVA la intensidad crece a medida que el esperpento se vuelve belleza. Claro que no es un espectáculo excelente, pero en la cabeza te deja ideas que a lo mejor te ayudan a entender algunas cosas.

EXACTAMENTE BAJO EL SOL

EXACTAMENTE BAJO EL SOL, de Silvina López Medín. Dirigida por Martín Flores Cárdenas. Iluminación: Marco Pastorino. Escenografía: José Andrukowicz. Vestuario: Merlina Molina Castaño. Intérpretes: Alicia Palmes, Flavia Sinsky, Francisco García Fauré. Jueves 24 de septiembre a las 21, y martes 6 y 13 de octubre a las 21 (durante el FIBA). Abasto Social Club, Humahuaca 3649, 4862-7205.

Una madre, una hija, un primo, un sobrino, un cantante, cigarrillos, miradas, poses. Dicho así quizás recuerde imágenes de la nouvelle vague, aquel movimiento cinematográfico nacido a fines de los ’50 y que prefigura la revolución de los ’60, un movimiento que hizo de la naturalidad de la imagen su lema y del inconformismo su estandarte. Es lógico que este movimiento surgiera cuando ya se había empezado de nuevo tras la Segunda Guerra Mundial, aunque la bohemia parisina no solamente se expresara en blanco y negro. También se expresó en sonidos como los de Serge Gainsbourg (Lucien Guinzburg, París, 1928-1991), un pianista de cabaret que en una canción, Je t’aime… moi non plus, incluyó los gemidos de un orgasmo femenino. Claro, ¿a quién le puede llegar a espantar una cosa así, hoy? Pero pensándolo bien, ¿no es un excelente disparador para hablar acerca de los sentimientos que crecieron al amparo de esa época? En EXACTAMENTE BAJO EL SOL las mujeres desean a un hombre que las seduce pero que no las quiere, que las obliga a mirarse a sí mismas mientras el sol las encandila. La pieza de López Medín habla sobre la soledad de la esperanza y la puesta de Flores Cárdenas se focaliza en ella, utilizando las paredes de la sala como calles olvidadas en la memoria. Una escena pequeñita, donde el muchacho juega a quitarle el zapato a la tía, es a la vez sensual y melancólica y resume la propuesta sin necesidad de discursos, quizás como un sueño erótico que necesite nuestros ojos abiertos.

15 de septiembre de 2009

Falta, y resto

Después de arreglar ciertos problemas con la computadora acá volvemos a la carga. Esta semana se publicarán dos entradas, la de hoy y la habitual del sábado; a lo mejor esto de dos veces a la semana se vuelve costumbre durante el FIBA. ¡Gracias por leer!

Falta, y resto


Ahora que se acerca el tiempo del Festival Internacional de Buenos Aires no está demás recordar que durante el mes de agosto se presentó en el teatro La Comedia un ciclo con dos piezas uruguayas, EL AGUA Y EL ACEITE, de Ricardo Prieto, y EL ESTADO DEL ALMA, de Álvaro Ahunchaín. El ciclo, en formato semimontado, ofreció un foco quizás escueto, chiquito, sobre el devenir del teatro uruguayo; pero que sea escueto o chiquito el foco no significa que sea insuficiente. De las dos piezas este cronista tuvo oportunidad de ver la primera de ellas, EL AGUA Y EL ACEITE, y la experiencia resulta altamente satisfactoria al descubrir un autor que aúna el melodrama al comentario social sin perder un tono que oscila entre Fassbinder y el costumbrismo, al tomar contacto con dos actrices de alto registro, y al confirmar el talento como puestista del factótum de este emprendimiento, Gerardo Begérez.
Revisando un poco el archivo podemos encontrarnos con que Ricardo Prieto estrenó en la Argentina El huésped vacío (con seis versiones entre 1977 y 2005), El niño verde en 1979, Acuérdate de Euménida en 1981, Me moriría si te fueras en 2003, Un tambor por único equipaje en 2004, y Asunto terminado en 2005, muy poco para un hombre que recibió varios premios internacionales y cuyos textos han sido editados fuera de Uruguay. EL AGUA Y EL ACEITE conoce una versión en esta ciudad que data de 2007 y que fue realizada en la Biblioteca Pública Sarmiento, y es un texto escrito en Buenos Aires en 1980. En esta pieza Prieto dibuja la decadencia de una condesa rusa y la tensa relación que con ella mantiene su criada pobre y decente, más cercana a la envidia que al asco. En esto es que Prieto se parece a Fassbinder, en la naturalización de lo relativo y lo absoluto, de la vida y de la muerte como un mismo ejercicio de poder. Es un texto que no perdió vigencia por su bienvenida atemporalidad, que de alguna forma pareciera anticipar el realismo sucio literario (al menos el que aquí conocimos pasada la primera mitad de la década del ’80), y cuyas virtudes radican en la potencia de sus personajes, Andrea Sivloskaia (Maia Francia) y Valentina Rossi (Ximena Ferrer), que decantan el nihilismo político que se vivía por entonces en ambas orillas del Plata.
En esta experiencia semimontada Andrea Sivloskaia no tiene setenta y pico como pide el texto, pero en la piel de la estupenda Maia Francia (quien en estos momentos protagoniza Minetti junto a Juan Carlos Gené) la profundidad de los años se transmite en la voz cascada y la decadencia en la belleza natural de la actriz; la decisión de que ella la interpretase es un hallazgo poético. También es un hallazgo poético Gerardo Begérez, revelado en Buenos Aires por la puesta salvaje de La tercera parte del mar, de Alejandro Tantanián: además de confirmar su talento, Begérez es un gran gestor cultural. Es un tipo apasionado por lo que hace, y un tipo comprometido con esa pasión. Esta puesta de EL AGUA Y EL ACEITE no pareció un ejercicio semimontado; la función del 17 de agosto se vivió como el ensayo general de un espectáculo próximo a estrenarse. Es una concepción del hecho teatral que aquí tal vez se haya perdido un poco, donde el experimento no está en el escenario sino en la semilla que se sembró entre el público.
Siempre es bienvenido descubrir la mirada teatral de los vecinos porque amplía la nuestra, nos informa sobre un estado de las cosas de las que por muchas razones (entre ellas la desidia) no podemos o no queremos enterarnos; por eso que el teatro uruguayo se acerque a Buenos Aires más que auspicioso debiera ser cotidiano. Por ahí nombramos la desidia (nuestra), así que al respecto tal vez no haya mucho más para agregar.

5 de septiembre de 2009

Dar gracias

En esta semana empezó septiembre y este blog cumplió un mes. Nada de tiempo en la historia del mundo pero uno nota que las cosas van cambiando.
Dos informaciones dos. La primera refiere a que del 19 de septiembre al 4 de octubre se realizará en la ciudad de Buenos Aires el 3er. Festival Internacional de Títeres al Sur, gran evento cultural que organiza el Grupo de Teatro Catalinas Sur y que presentará espectáculos para chicos y grandes de elencos nacionales e internacionales (Rusia, Turquía, España, Italia, México, Perú, Brasil y Colombia). Este encuentro seguirá trabajando en la integración con lo social y tendrá como sedes el Galpón de Catalinas, el Teatro La Máscara, el Comedor Los Pibes, el Circuito Cultural Barracas, el Centro Comunitario Mate Cocido (Bajo Flores), el Centro Comunitario Santa María de Luján (Villa Soldati), ECuNHi (Espacio Cultural nuestros hijos, ex Esma) y plazas de Mataderos, La Boca y Parque Patricios donde se realizarán funciones al aire libre. Habrá también funciones especiales en El jardín de los abrazos (Ciudad Oculta), otras cerradas para los chicos de los Institutos de Menores San Martín y Roca y un ciclo especialmente dedicado a los adultos en horario nocturno. Habrá espectáculos con entrada libre y otros con precios que oscilan entre los $ 15 y $ 20. Para más información,
www.catalinasur.com.ar.
La segunda. El 26 de septiembre a las 16 comienza el Seminario de Iniciación a las Danzas Zíngaras dictado por Roxana Di Chiaro en La Dama de Bollini, Pasaje Bollini 2281, entre Peña y Pacheco de Melo, dentro del ciclo Flamenco Moro. Solo se necesita llevar unos zapatitos de tacón, una falda, y ganas. Informes en los teléfonos 4805-6399 / 4757-7646, www.laalhambra-tk.blogspot.com


Dar gracias

LA GRACIA, de Lautaro Vilo. Dirigida por Rubén Szuchmacher. Coordinación de Producción: Paula Travnik y Gabriel Cabrera. Diseño de Iluminación: Gonzalo Córdova. Escenografía y Vestuario: Jorge Ferrari. Intérpretes: Berta Gagliano, Juan Manuel Torres. Sábados a las 20. El Kafka, Lambaré 866. 4862-5439

Dicen que el tiempo todo lo cura, que el dolor será apenas una sensación en la mente cuando ya todo ha pasado. ¿El tiempo es similar al olvido? Al contrario; si se lo ama a Dios el tiempo debiera ser memoria. ¿Y por qué habría que amar a Dios? Porque en Dios habitan la caridad de un amor sincero, la esperanza de recibir la bendición divina y la fe de creer en algo. Y nosotros, humanos, a partir de ese amor a Dios debiéramos amar a nuestros semejantes tanto como a nosotros mismos, en un tiempo constante y permanente. Es nuestra misión verdadera, la mayor de nuestras obligaciones, mucho más que imponernos a nuestra naturaleza y caer en la tentación de perdonar. Amar y comprender, tan solo eso, no para llegar al cielo sino para ser mejores.
Esos pensamientos los deja La gracia, de Lautaro Vilo, después de haberla visto en El Kafka. Pero no son pensamientos tranquilizadores, porque en la platea no somos capaces de llevarlos a la práctica. A medida que avance la revelación de los hechos habrá quienes tilden de loca a esa mujer que viene a reconfortar a un enfermo, un enfermo que, a medida que avance la revelación de los hechos, tal vez merezca la muerte. ¿Podemos comprender las acciones de los demás? ¿Ella está loca? ¿Él merece la muerte? ¿Dios se presenta en esa sala de hospital? ¿Dios es confiable? ¿Podemos confiar ciegamente en Dios? ¿Qué gracia podrá revelarse cuando todos los mandamientos han sido violados? La forma del Decálogo es negativa para darle libertad al hombre: el hombre puede hacer lo que le plazca, menos lo que está prohibido. En La gracia se toma el nombre de Dios en vano, no se honran las fiestas, no se honra a los padres, se mata, se cometen actos impuros, se roba, se levanta falso testimonio y se miente, se consienten los pensamientos y deseos impuros, se codician los bienes ajenos. Se es humano en La gracia, tan humanos que da asco. Y ahí se revela la gracia justamente, en ese asco catártico y en esa vergüenza ajena que la luz cruda ni matiza ni conduele, porque en todo eso hay belleza, y hay paz, y hay vida.
De acuerdo al dogma uno de los principios espirituales es dar. Dar lo que se tiene, así sea las gracias. La gracia es un texto maduro porque es serio, y es un texto necesario porque es infrecuente. Y es un texto reflexivo, divertido, angustiante, violento, extraño, inclasificable. Es un diálogo donde uno no habla porque no puede y está forzado a escuchar con impaciencia, hasta que empieza a oír pacientemente y entiende lo desconocido. Ese uno de referencia es el enfermo, no la platea, aunque la arenga tierna de la mujer o el frío del código penal nos interpele y nos involucre. Y La gracia es la puesta en escena de un maestro, no porque este espectáculo sea una obra maestra sino porque su director nos enseña a ver la teatralidad despojada de artificios y siempre nos da lo que tiene.