22 de noviembre de 2009

Gente en domingo

No es que haya discontinuado el blog. Es que me ganó el dramaturgo, y al periodista lo tengo un poco relegado. Serán los años, no sé, pero antes podía escribir tres o cuatro cosas al mismo tiempo y ahora se me hace muy difícil. Por eso lo de las vacaciones, para ver si podía enfocar el trabajo. Y logré enfocarlo: lunes, miércoles y viernes escribo una de las obras; martes, jueves y sábados, la otra. Y los domingos, a partir de hoy, los comentarios del blog. Es una buena jornada para trabajar el domingo: uno se puede tomar todo el día para hacerlo.
Antes de pasar a los comentarios de dos obras que realizan funciones los domingos, tres recomendaciones. La primera: pasen sin falta por el blog de Marcela Guerty, INSTRUCCIONES PARA NO MORIR DE AMOR EN BUENOS AIRES, novela semanal muy divertida y de adhesión inmediata. Marcela es una de las mejores autoras que tenemos hoy por hoy, en la tele y en el cine (Son de Fierro, Soy gitano, Hombres de honor, Culpables, Elsa y Fred, Anita), además de ser una actriz fantástica y una gran persona.
http://morirdeamorenba.wordpress.com/
La otra de las recomendaciones es que vayan mañana lunes 23, a las 20, a ver el semimontado de CORSARIOS, la obra de Philipp Löhle que se dará en el Instituto Goethe (Corrientes 319) con entrada libre y gratuita. Dirige Cristian Drut y actúan Santiago Gobernori, Walter Jakob, María Merlino, Ignacio Rodríguez de Anca y Mercedes Scápola. Y les recuerdo que quedan dos funciones nomás (lunes 23 y 30 de noviembre) de VOTO DE SILENCIO, la pieza escrita y dirigida por Verónica McLoughlin que se exhibe en Brilla, Cordelia! a las 20.30 (reservas al 4864-4230 o al 15-4434-5002)
Y la tercera es para que agenden a mi amigo Darío Iscaro, que se presentará con Flavio Romero en contrabajo y Martín Vicente en batería, en el marco del ciclo BUKOWSKI JAZZ FUSIÓN, el jueves 26 a las 21 en Bukowski (Bartolomé Mitre 1525, con entradas a $ 20). Darío es un extraordinario guitarrista y compositor cordobés, que tocó en medio mundo y acompañó a Susana Rinaldi, Rubén Juárez y Lalo Schifrin, entre otra gente. Darío tiene que ser un grande, y ahora que se instaló en Buenos Aires deben conocerlo y descubrir su música.

El mundo maravilloso de Javier Daulte

Desde hace bastante ya se escribe mucho sobre Javier Daulte. Es uno de los mejores dramaturgos de su generación, no caben dudas, y sus textos son revisitados por actores y estudiantes en forma constante, cuestión que lo transforma en una suerte de clásico contemporáneo, acá, allá y en todas partes. El primer texto de Daulte que este cronista tuvo oportunidad de ver fue Criminal, allá por el ’96, dirigido por Diego Kogan e interpretado por Dana Basso, Carlos Kaspar, Javier Niklison y Marcelo Pozzi en el Teatro Payró. Después siguieron Martha Stutz, Casino, Faros de color, ¿Estás ahí?, Nunca estuviste tan adorable… Y es cierto, Daulte tiene un método, o el Procedimiento Daulte, como lo llaman en Barcelona, su otra casa: en sus obras pasan cosas raras de la manera más sencilla que uno se imagine, porque, al decir de Daulte, al teatro solo le interesa el teatro. Y en las obras de Daulte lo policial es parte de la vida cotidiana. ¿O acaso no decimos todo el tiempo que tenemos ganas de matar a alguien? En las obras de Daulte la gente mata a los que la molestan pero como es teatro después pueden seguir tan campantes, como si matar fuese una pulsión tan primitiva como comer, dormir, u otras cosas que a lo mejor no queda del todo bien enumerar aquí. Matar, en las obras de Daulte, no es un asunto tabú. Tal vez por eso sus piezas raras, con tramas tiradas de los pelos y más cotidianas que las Criollitas sean mucho más lúcidas que ciertos textos apologéticos. ¿Esa es la razón de su éxito? Probablemente, pero es una. Hay muchas más.
BÉSAME MUCHO se estrenó en el 2002, después de ciertas cuestiones en el país de cuyo tenor uno no quiere acordarse. Uno lo primero que rescataba de esa pieza era su puesta en escena, mezcla de serie policial con oficina pública del microcentro, donde un grupo de uniformados no puede evitar que se mezcle el uniforme con los asuntos del corazón. Lo transgresor no era meterse con las jinetas, era meterse con el amor. Policías humanizados, laburantes de la ley, asesinos profesionales, una suerte de NYPD Blues mezclado con Señorita Maestra o La banda del Golden Rocket, donde lo televisivo era el preconcepto para observar conductas de una sociedad que de tanto hacer oídos sordos se había quedado ciega y hablaba a los gritos. Si Costa está enamorada de Paluzzi, y si Paluzzi no es la agente modelo que parece ser, poco importa. Lo importante es el Fabio Farías que todos llevamos dentro, ese civil que puede tornarse diabólico con solo acertar en la elección de un bolero. Vista años después uno también se queda con el texto. Porque esta versión de BÉSAME MUCHO dirigida por Federico Buso y William Prociuk, además de respetar la puesta en escena de Daulte sin copiarla, le otorga un espacio al texto que en el original estaba fusionado a la puesta y a la actuación, resaltando el diseño colectivo de los personajes por sobre las posibilidades de lucimiento de uno o de otro, porque BÉSAME MUCHO es un coro más que una pieza coral. Algunos solistas se destacan (sobre todo Laura Brangeri como Paluzzi y Gerardo Serre como Fabio Farías), pero el conjunto empuña la misma arma y dispara la misma reflexión a tu cabeza.
Y aunque EL ANIMADOR no es una pieza con autoría de Daulte, su rol como supervisor evidentemente tuvo mucho que ver con el resultado final. Willy y Paloma son primos y viven juntos en un departamentito del centro; nacieron en el interior de la provincia y en Buenos Aires hacen de todo para ocultarle a la familia que no hacen nada. Son un adorable par de parásitos, dos adolescentes tardíos que no se resignan a estar creciditos, y que la presencia de David (un personal trainer con más pinta de vividor que de atleta, que necesita caerse muerto en algún sitio sin que se le rompa el jarrón que le regaló su madre cuando se casó con Claudia, su ¿ex? esposa fisicoculturista) potencia hasta enfrentarlos por el dominio de la casa. ¿Podrán los dos bichos hacerse un lugar en el maravilloso mundo de los animadores de fiestas infantiles, territorio que le usurparán a David y a la ausencia omnipresente de Claudia? Y sí, por qué no. Federico Buso, Florencia Braier y Walter Jakob se formaron o entrenaron con Daulte, por lo que las posibilidades de encontrar una comedia con esperpentos encantadores son muy altas. Y EL ANIMADOR es una alta comedia, con un ritmo que asordina la risa para dejar en evidencia mecanismos de poder tan caros a la sociedad (no por queridos sino por el precio), y cuyo mérito principal es abrirle la puerta al espectador para que salga a pensar en qué juegos deben jugarse. En EL ANIMADOR hay sexo, violencia, sadismo y también una princesita y el Gato Bambino, como en el mundo teatral de Javier Daulte, un mundo con reglas claras y callecitas tan sinuosas como estrambóticas.

BÉSAME MUCHO, de Javier Daulte. Dirigida por Federico Buso y William Prociuk. Producción Ejecutiva: Laura Brangeri. Escenografía: Ricardo Arechabala. Vestuario: Elisabeth Díaz. Intérpretes: Ricardo Arechabala, Laura Brangeri, David Dickman, Denise Font, María Elena González Rosas, Melody Llarens, Gustavo Martínez, Natalia Paz, Gerardo Serre, Diego Steverlynck, Gabriel Villalba, Elisabeth Díaz. Domingos a las 19. Uni Teatro, Guardia Vieja 3360.



EL ANIMADOR, de, dirigida e interpretada por Federico Buso, Florencia Braier y Walter Jakob. Supervisión: Javier Daulte. Escenografía e Iluminación: Magalí Acha. Domingos a las 21. Vera Vera, Vera 108.

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