26 de abril de 2010

Sobre las cosas lindas, y sobre las cosas tristes

Los que crecimos durante los '70 y los '80 crecimos rodeados por finales felices diferentes. Algunos recursos de antaño (todo fue un sueño, descubrir la verdad a última hora, el malo que se redime y se le pianta un lagrimón) fueron reemplazados por rupturas matrimoniales armónicas (Dos extraños amantes, Woody Allen, 1977), reconocimiento de la propia individualidad (Interiores, Woody Allen, 1978) o el despertar de las viejas ilusiones para forjarse ilusiones nuevas (La rosa púrpura del Cairo, Woody Allen, 1985). Si citamos aquí a Woody Allen es porque Woody Allen fue quien mejor retrató la vida de relación de la clase media intelectual en las postrimerías del Siglo XX, tan bien que los porteños de entonces llenaban las salas del Gran Rex o del Opera para ver sus estrenos, como si Woody fuese argentino. Lógicamente ese fulgor fue menguando en los '90 y se transformó en un romance otoñal en esta primera década del Siglo XXI, época en que los finales no parecen ni felices ni tristes; pareciera que el público prefiere lo agridulce, que la melancolía es más real que la felicidad. Ciertas comprobaciones empíricas nos permiten concluir que el público actual, ante la presencia de un desenlace agridulce, suele decidir que ha visto algo lindo. Qué linda la obra, se escucha al salir de la sala, termina mal. Y si termina mal a la vez te deja pensando, necesariamente. Quizás en el mundo en que vivimos la felicidad no abone el sustrato ni tampoco sea verosímil, cuestión que a veces le permita al mundo pasarse de rosca y quitarle a sus espectáculos la elegancia y la amabilidad conque el arte debiera manifestarse. El arte principalmente es reflejo y reconocimiento, no documento o catarsis; a lo mejor por eso las comedias aún siguen siendo el mejor espejo para la multitud por su constante subversión a los valores impuestos. Y los musicales son la hipérbole de esa imagen: ¿a quién no le gustaría cantar sus penas en lugar de ponerse a llorar?

Jamie y Cathy no pueden estar más juntos; se aman pero son incompatibles. El éxito de él abreva en el fracaso de ella, éxito relativo para él (se queda sin amor), fracaso relativo para ella (de tan idealista es una luchadora impenitente). Jamie es escritor y Cathy actriz, y una de las cuestiones interesantes de este cuento es que el éxito y el fracaso se disuelven en la vida cotidiana, transformando el arte en oficio y quitándole al arte el aura de bohemia ideal. Jamie y Cathy son de alguna manera el reverso de los personajes de Neil Simon en cualquiera de sus comedias románticas: son personas a los que les explotaron los sentimientos y esa explosión los dejó solos a la intemperie en el medio del temporal. Si tomamos en cuenta que LOS ÚLTIMOS CINCO AÑOS se estrenó en Chicago en el 2001 y en Broadway en el 2002, esa intemperie y el temporal remiten, a la luz de la historia, a la explosión de un mundo conocido.
Broadway nutrió al cine de todas las épocas, y los musicales se constituyeron en el sustento de la fábrica de sueños hasta mucho después de instalada la guerra fría. Y los musicales de la Nueva Escuela (pequeñas e íntimas obras de cámara, que contrastan con el espectáculo magnificente de la Vieja Escuela) se nutren del cine para contar sus historias, historias con lindos finales agridulces y ancladas en el mundo que les toca vivir. LOS ÚLTIMOS CINCO AÑOS adscribe a esta tendencia: es una obra contada en un tiempo suspendido (para Cathy, volver atrás; para Jamie, seguir adelante), en la que ambos solamente están juntos al promediar el espectáculo, momento en el que irremediablemente se quedarán solos, casi sin ilusiones más que en el recuerdo. Más que un relato narra situaciones que ocurren dentro de los personajes: aquí la estructura de la pieza cobra vuelo, porque esas situaciones se convierten en canciones y no en monólogos, y son esas canciones las que le dan impacto emocional y cercanía inmediata al espectador. Esas canciones son liberadoras de sentimientos, tan sanas como la locura y tan contundentes como la verdad.
La puesta local de Juan Álvarez Prado descansa en tres pilares sólidos: en la dirección musical de Hernán Matorra, en Germán Tripel y en Melania Lenoir. Si al salir de la sala la pieza se recuerda vívidamente es porque la música siempre estuvo allí, sin irrumpir y sin escaparse de su cauce. Dos cellos, un violín, una guitarra, un bajo y un teclado alcanzan para darle sustento a la partitura compuesta por Jason Robert Brown y espíritu a las tribulaciones de Jamie y Cathy, como una coprotagonista ideal que siempre acompaña, allana el camino y nunca se interpone. Además de tener una voz notable, Tripel consigue encontrarle matices mínimos a Jamie que a medida que avanza el relato lo vuelven más vulnerable; baste ver el dibujo de sus manos en el espacio para comprender cuánto abarca Jamie y cuánto lugar ha perdido desde el comienzo hasta el final. El lugar que pierde Jamie lo gana Cathy, pues ese camino inverso del que hablábamos antes, esa deconstrucción del tiempo de la que se vale Brown para crear al personaje, le dan a Cathy la posibilidad de transitar el sufrimiento y la felicidad no desde la realidad o la utopía sino desde los sentimientos más constantes. Melania Lenoir, una actriz sensible y una cantante maravillosa, le da tal proximidad a su Cathy que consigue hacernos olvidar la ficción y nos demuestra que cantar es una de las formas de comunicación más efectivas, más profundas.
Mientras veía LOS ÚLTIMOS CINCO AÑOS en la Sala B de la Ciudad Cultural Konex, no pude abstraerme a la sensación de recuperar la sorpresa por descubrir ese programa doble del '83 en el Empire con Nace una estrella (Frank Pierson, 1977) y La chica del adiós (Herbert Ross, 1977): melodrama y comedia romántica en una misma tarde en continuado, cuyas canciones (Evergreen, de Nace una estrella, y The goodbye girl, de La chica del adiós) me acompañaron hasta que entré en la vida adulta y después se transformaron en nostalgia. Y LOS ÚLTIMOS CINCO AÑOS, con ese amor perdido y ese amor encontrado, esos sueños que despiertan y esa realidad que se disipa, ese silencio final y ese apagón que lo grita, se transforma en una linda experiencia, pequeña es cierto, pero de huella perdurable cuando uno evoque la tristeza y descubra que no es otra cosa más que nostalgia.

LOS ÚLTIMOS CINCO AÑOS, de Jason Robert Brown. Dirigida por Juan Álvarez Prado. Dirección Musical: Hernán Matorra. Dirección Vocal: Clara Canale. Producción Ejecutiva: María de la Paz Zavaleta. Producción Técnica y Diseño Sonoro: Rodrigo Perret Lavecchia. Diseño de Escenografía: Santiago Fernández. Intérpretes: Germán Tripel, Melania Lenoir. Miércoles y viernes y domingo, 20.30, sábados 22.30. Ciudad Cultural Konex, Sarmiento 3131. 4864-3200.

18 de abril de 2010

BAFICI 08 - La(s) última(s) película(s)

SWEETGRASS
Estados Unidos/Reino Unido/Francia, 2009. Guión, montaje y dirección de Ilisa Barbash y Lucien Castaing-Taylor. Producida por Ilisa Barbash. Fotografía: Lucien Castaing-Taylor. Intérpretes: John Ahern, Elaine Allestad, Lawrence Allestad, Pat Connolly. Competencia Cine del Futuro
Este extraño documental adquiere pleno sentido cuando sabemos por qué fue realizado. Es un documental sobre ovejas que balan, que las esquilan, tienen corderos y pastan en las montañas del oeste norteamericano tal como se viera como ilustración de ciertos westerns, aunque SWEETGRASS no sea para nada bucólica. Un pastor cascarrabias que insulta a las ovejitas (insoportables ovejitas, miríadas de ovejitas por los polvorientos caminos), tan cascarrabias con su trabajo como un empleado municipal, es uno de los rancheros que hacen ese último viaje con su ganado a los prados fiscales de Beartooth, una cadena montañosa de Montana. Ese lugar, tras esos días de pastura, ya no será de utilización común y gratuita. Esto lo sabemos por una leyenda al final del relato y es ahí cuando SWEETGRASS, excelente ejemplo de cine directo, adquiere otra relevancia y ese contraste entre el arte y la más rabiosa experiencia natural que habíamos visto se convierte en el mejor homenaje a una forma de trabajo que ya no existe, al menos en ese país.

LOS LABIOS
Argentina, 2010. Escrita y dirigida por Santiago Loza e Iván Fund. Producida por Iván Elbuszyc, Santiago Loza e Iván Fund. Fotografía: María Laura Collasso. Montaje: Lorena Moriconi. Intérpretes: Eva Bianco, Victoria Raposo, Adela Sánchez, Raúl Lagger. Competencia Argentina
Santiago Loza colaboró en el guión de La risa, la película de Iván Fund, e Iván Fund fue colaborador artístico de Rosa Patria, el documental sobre Néstor Perlongher que presentara Loza en 2009. Líneas, aristas, ángulos del trabajo de cada uno se cruzan y se complementan, por lo que es absolutamente lógico que codirigieran LOS LABIOS y produjeran una de las películas argentinas que mejor se acerca al interior del país, además de llevar en sus imágenes una austera poesía donde no tienen espacio los reclamos altisonantes. En LOS LABIOS tres mujeres dedicadas a la salud y a la asistencia social, trabajan en un paraje donde la pobreza no es sinónimo de indignidad, y trabajan para esa gente quizás dejándose a un lado a ellas mismas, metiendo el cuerpo en el barro si es necesario para sacar algo en limpio. Si La risa era una película notable por su estudio sobre la juventud en la Argentina actual, y las películas de Loza pequeños retratos del mundo interior de ciertos seres, LOS LABIOS conjuga lo mejor de ambos (la observación de caracteres de Loza y el depurado oficio de cámara de Fund) y redondea, si no la mejor, una de las mejores apuestas del cine nacional en esta edición del BAFICI.

LOS PREMIOS

Nadie es perfecto, mucho menos el jurado de un festival de cine. Aunque no estoy de acuerdo con algunos premios (las mejores películas de las Competencias Internacional y Argentina, por ejemplo), es cierto que la selección de cada competencia importante este año fue impecable. A uno podrán gustarle más o menos, y estar de acuerdo con sus estéticas en mayor o menor medida, pero ni siquiera INVERNADERO (una de las menos interesantes que yo haya visto en este BAFICI, porque deja en evidencia su procedimiento y se agota en él) es una película invisible. Que a mí no me haya gustado no es síntoma de nada; no coincido con su forma ni con su contenido ni con su alcance, pero es una película que de seguro tendrá su público, público al que tiene algo que decirle.

Mejor Película Competencia Internacional: ALAMAR (México), de Pedro González-Rubio
Mejor Director Competencia Internacional: Corneliu Porumboiu, POLITIST, ADJECTIV (Police, adjective / Policía, adjetivo, Rumania)
Mejor Actor Competencia Internacional: Dragos Bucur, POLITIST, ADJECTIV
Mejor Actriz Competencia Internacional: María Villar y Pilar Gamboa, LO QUE MÁS QUIERO (Argentina)
Mención Especial del Jurado: LA BOCCA DEL LUPO (La boca del lobo, Italia), de Pietro Marcello
Mención a la Mejor Película Argentina de la Competencia Internacional: LO QUE MÁS QUIERO, de Delfina Castagnino
Mejor Película Competencia Argentina: INVERNADERO, de Gonzalo Castro
Mejor Director: Santiago Loza e Iván Fund, LOS LABIOS
Mención Especial del Jurado: SOMOS NOSOTROS, de Mariano Blanco
Mejores Cortometrajes: SÁBADO UNO, de Ignacio Rogers; MIENTRAS PASEO EN CISNE, de Lara Arellano; LA MIA CASA, de Marcelo Scoccia
Mejor Película Competencia Cine del Futuro: MORRER COMO UM HOMEM (Morir como un hombre, Portugal), de Joao Pedro Rodrigues
Premio FIPRESCI: LO QUE MÁS QUIERO
Premio Asociación de Críticos de la Argentina: LOS LABIOS
Premio FEISAL: LOS LABIOS
Premio SIGNIS: LA BOCCA DEL LUPO
Premio Derechos Humanos: CUCHILLO DE PALO (España / Paraguay), de Renate Costa
Premio UNICEF: ALAMAR
Premio ADF: OS FAMOSOS E OS DUENDES DA MORTE (Brasil), de Esmir Filho
Premio del Público Competencia Internacional: MARY AND MAX (Mary y Max, Australia), de Adam Elliot
Premio del Público a la Mejor Película Argentina: EL AMBULANTE, de Eduardo de la Serna, Lucas Marcheggiano y Adriana Yurcovich.
Premio del Público BAFICITO: KERITY, LA MAISON DES CONTES (Kerity, la casa de los cuentos, Francia / Italia), de Dominique Monféry

15 de abril de 2010

BAFICI 07 - The (first) last picture show

BUMMER SUMMER (Verano plomazo)
Estados Unidos, 2010. Escrita y dirigida por Zach Weintraub. Producida por Nandan Rao. Fotografía: Nandan Rao. Montaje: Jesse Fisher. Intérpretes: Mackinley Robinson, Maya Wood, Zach Weintraub, Alex Rivera, Julia McAlee. Competencia Internacional
¿Quién no tuvo un verano plomazo en su vida? ¿Quién no perdió a su novia, a sus amigos, las ganas de estar en la playa o de vivir aventuras cuando descubre que el sitio de esas aventuras es más aburrido que estar en casa? Es que los veranos plomazos son los veranos de la adolescencia, esos en los que algo cambia para definitivamente quedar atrás. Zach Weintraub observa aquí ese tema y apenas si lo enuncia, queriendo ser consecuente con las sensaciones más que con la posible historia. Aunque no lo logra del todo uno de sus grandes méritos está en el encuadre y la fotografía en blanco y negro de Nandan Rao , que consigue transmitirle al espectador esos bordes difusos en los que la nostalgia le gana al recuerdo.

CENTRO
Argentina, 2010. Guión, fotografía y dirección de Sebastián Martínez. Producida por Walter Tiepelmann y Mario Durrieu. Montaje: Alejandra Almirón. Competencia Internacional
CENTRO es una película desesperante porque uno descubre al cabo de un rato de proyección que no vive o transita por Buenos Aires, sino que apenas si consume la ciudad. Los clásicos ejemplos de Walter Ruttmann (Berlín, sinfonía de una gran ciudad) o de Jean Vigo (A propósito de Niza) encuentran un compañero más en CENTRO, obra que forja futuro porque observa el presente sin juzgarlo desde su soporte cinematográfico, y que es la primera que estudia los cambios que sufre la ciudad a partir de la incorporación de nuevas culturas venidas de la inmigración, notablemente en el cuasi exorcismo frente al viejo cine Iguazú (hoy Iglesia Universal del Reino de Dios). Y también sirve como ariete al olvido cuando esos hombres que recuerdan los cines de la calle Lavalle enumeran los que había en cada una de sus cuadras peatonales, y uno descubre que no han nombrado al Select Lavalle, ese que en las trasnoches proyectaba The Wall, y que a uno le dan ganas de recuperar aunque sea en este blog.

MARY AND MAX (Mary y Max)
Australia, 2009. Escrita y dirigida por Adam Elliot. Producida por Melanie Coombs. Fotografía: Gerald Thompson. Montaje: Bill Murphy. Voces: Toni Colette, Philip Seymour Hoffman, Eric Bana. Competencia Internacional
Mary Daisy Winkle vive en Melbourne, Australia, tiene 8 años, una madre alcohólica, un padre taxidermista, un gallo llamado Ethel, un vecino sin piernas, una mancha en la frente que parece caca y el sueño de comprar un castillo en Escocia y casarse con un señor llamado Earl Grey, como el té. Max Jerry Horowitz vive en Nueva York, Estados Unidos, tiene 44 años, es judío, obeso, sufre el síndrome de Asperger (esa forma de autismo que impide la empatía con otros individuos), come panchos de chocolate y sus trabajos son de lo más variados (probar condones o ser oficinista en el ejército, por ejemplo). Una tarde en Melbourne Mary decide tener un amigo al otro lado del mundo y al azar, mientras su madre roba mercadería en una tienda, rescata el nombre y la dirección de Max y esa noche le escribe una carta bajo las sábanas de su cama. Max, al recibirla, queda en trance un día entero hasta que cortésmente le responde con una carta larguísima. Lo que sigue son veinte años de amistad entre una niña y luego mujer con un hombre difícil, amistad de solitarios, de gente ocre y de gente gris que acepta tener un toque de color en algún momento de su vida. Tal para cual pese a la brecha de sus generaciones, y gente que ama sin pedir nada a cambio. ¿Este tema en una animación con muñecos de plastilina? Una de las películas más humanas que se hayan presentado en esta edición del festival hecha justamente desde lo más humano que uno dispone: el espíritu.

POLICE, ADJECTIVE (Politist, adjectiv/Policía, adjetivo) Rumania, 2009. Escrita y dirigida por Corneliu Porumboiu. Producida por Marcela Ursu. Fotografía: Marius Panduru. Montaje: Roxana Szel. Intérpretes: Dragos Bucur, Vlad Ivanov, Ion Stoica, Irina Sailescu, Cosmin Selesi. Competencia Internacional
Rumania, esta época. Hace veinte años que Nicolae Ceaucescu ha sido ejecutado y sin embargo en Bucarest y alrededores las cosas no han cambiado tanto. Cristi es policía y en misión secreta debe investigar a un chico que fuma marihuana, un grave delito para las leyes de ese país. Pero Cristi no cree que sea para tanto; recién casado vio en su luna de miel en Praga que la gente fuma marihuana en las esquinas y nadie parece preocupado por eso. Entonces se niega a encarcelar al chico y que le caigan siete años a ese chico por semejante estupidez, y a él toda la desdicha en la conciencia por haber actuado sin convicciones verdaderas. Su jefe, pues, lo obliga a buscar la palabra conciencia en el diccionario de la lengua rumana, y luego policía. De acuerdo a este argumento se construye una de las grandes películas que se hayan producido en el mundo en los últimos años, cuya pureza cinematográfica capta el verosímil del presente y lo proyecta más allá de su época a través de larguísimos planos secuencia sin tiempos muertos ni recursos manieristas, con sentido del humor, rigor político y voluntad de despertar conciencias sin discursos ni demagogia, utilizando el lenguaje (el del cine y el del habla) como arma de defensa y no como estandarte en batallas ajenas.


OS FAMOSOS E OS DUENDES DA MORTE (Los famosos y los duendes de la muerte)
Brasil, 2009. Dirigida por Esmir Filho. Escrita por Esmir Filho e Ismael Canappele. Producida por Sara Silveira y María Ionescu. Fotografía: Mauro Pinheiro Jr. Montaje: Caroline Leone. Intérpretes: Henrique Larré, Samuel Regginato, Tuane Eggers, Ismael Canappele, Áurea Baptista. Competencia Internacional
OS FAMOSOS E OS DUENDES DA MORTE es una película triste venida desde Brasil. Sí, claro, en Brasil también hay tristeza, y sitios lacónicos alejados de la playa, y visiones fantasmales de muertos que no debieron irse tan pronto. No es una película esotérica, tal vez todo lo contrario; es una película forjada en la era de Internet y en sus relaciones virtuales, en la pura materialidad. Y en la nostalgia por los momentos robados a la noche, en los sueños de la duermevela. No es una película sobre la adolescencia, aunque sus protagonistas lo sean: es una película sobre la incertidumbre, cuyas sutiles imágenes deambularán sin rumbo en tu cabeza durante mucho tiempo.

LES BEAUX GOSSES (Los bellos niños) Francia, 2009. Dirigida por Riad Sattouf. Escrita por Riad Sattouf y Marc Syrigas. Producida por Anne-Dominique Toussaint. Fotografía: Dominique Colin. Montaje: Virginie Bruant. Intérpretes: Vincent Lacoste, Anthony Sonigo, Alice Trémolière, Julie Scheibling, Robin Nizar-Duverger. Competencia Internacional En 1981 se estrenaba en el país una película de Claude Pinoteau que aquí se llamó Adolescentes de fiesta y cuyo título original era La boum. Adolescentes en conflicto con sus hormonas más que con su extrañado entorno, los protagonistas de La boum podrían ser los padres de los adolescentes de LES BEAUX GOSSES, otra película francesa sobre adolescentes conflicto con sus hormonas y con su extrañado entorno (la conjunción es la diferencia, no tan pequeña como pareciera). Uno creció viendo este tipo de cintas, por lo que LES BEAUX GOSSES no resulta nada novedosa. Lo nuevo sería tal vez ver el desparpajo de estos chicos, pero haciendo memoria en todas las épocas el desparpajo estuvo presente en la forma en la que lo permitían el buen y el mal gusto. Es muy divertida, sí, y tiene un algunos actores (Vincent Lacoste, Anthony Sonigo, Noémie Lvovsky) que logran la empatía de cualquier franja etaria, ¿pero eso alcanza para que compita en la Competencia Internacional de este festival? Da para pensar que el BAFICI es finalmente un festival adolescente. Bueno, o que está en su adolescencia. O que a nivel mundial el cine ha dejado de ser adulto.

EL RATI HORROR SHOW Argentina, 2010. Escrita y dirigida por Enrique Piñeyro. Co- director: Pablo Tesoriere. Producida por Enrique Piñeyro, Pablo Tesoriere y Pablo Galfre. Fotografía: Sol Lopatín. Montaje: Germán Cantore. Intérpretes: Enrique Piñeyro, Germán Cantore. Competencia Argentina Más urgente que Fuerza Aérea Argentina (aquí no hay una institución que modificar, sino conseguir la libertad de una persona), este nuevo documental de Piñeyro se redime de lo televisivo por la cínica ironía de su factótum, que es más cínica y más irónica en la pantalla de un cine que en el living de tu casa. El tema es importante y su investigación valiosa, ¿pero eso alcanza para que compita en la Competencia Argentina de este festival? Darle espacio en las Noches Especiales o en la sección Panorama, o incluso como apertura o cierre de las competencias, hubiera realzado su función. Aquí no se ponen en tela de juicio los valores de EL RATI HORROR SHOW sino los criterios de selección de la programación del BAFICI. Bueno, lo que uno supone que son los criterios de selección, claro.

TORINO
Argentina, 2010. Guión, montaje y dirección de Agustín Rolandelli. Producida por Laura Ponte y Josefina Luchessi. Fotografía: Román Cárdenas, Fernando Gatti. Intérpretes: Oreste Berta, Heriberto Pronello, Horacio Marassi, Ezequiel Rodríguez, Walter Jakob. Competencia Argentina
El Rastrojero, el Pulqui y ahora el Torino tienen que ver con el BAFICI: son máquinas de producción nacional, discontinuas y legendarias, que tuvieron sus películas en 2006 (El Rastrojero, utopías de la Argentina potencia, de Miguel Colombo y Marcos Pastor), 2007 (Pulqui, un instante en la patria de la felicidad, de Alejandro Fernández Mouján) y 2010, la que ocupa esta crónica. Al igual que las anteriores TORINO escapa a la égloga del canto pastoril y se mete con todo en una de las grandes pasiones argentinas: el automovilismo rutero, el más popular en su clase porque le permite a cualquiera pedir pista. El auto-emblema de los ’60 y ’70, que se dejó de fabricar en el ’81, merecía un documental por todo lo que aportó a la clase media del país, y aquí lo tiene. Y viene con yapa: el grueso de su metraje está dedicado a las 84 horas de Nürburgring, una carrera de tres días y medio que se desarrollo en esa ciudad alemana entre el 20 y el 23 de agosto de 1969, donde el Torino llegó primero… pero no ganó la carrera. Y la carrera está recreada como en las películas sobre automovilismo (Grand Prix, 24 horas de Le Mans), con fondos proyectados y pilotos parecidos a dibujos animados, lo que transforma a TORINO además en un gran divertimento. Una película simple y valiosa sobre pasiones profundas y sobre la historia cotidiana de los argentinos.
MI RANKING DE LA COMPETENCIA INTERNACIONAL
Police, adjective
Centro
Os famosos e os duendes da morte
Mary and Max
El ambulante
Red dragonflies
Cuchillo de palo
Paraíso
Go get some rosemary
Lo que más quiero
Alamar
The robber
Les beaux gosses
Bummer summer
La mujer sin piano
La quemadura
Ajami
La bocca del lupo
Putty Hill

14 de abril de 2010

BAFICI 06 - Juventud en marcha

SOMOS NOSOTROS
Argentina, 2010. Guión, montaje y dirección de Mariano Blanco. Producción: BB Cine y Universidad del Cine. Fotografía: Ian Feld. Intérpretes: Mariano Soria, Ayelén Galatti, Tomás Scicchitano, Margaux Cauchy, Mariano Blanco. Competencia Argentina
Lógicamente esta película tendrá (muchos) detractores, como sucedió el año pasado con La risa, ese magnífico estudio de Iván Fund sobre el estado de la juventud en la Argentina actual. ¿Por qué detractores? Porque ni La risa ni SOMOS NOSOTROS se complacen con la trama, y requieren de un espectador atento que no cuestione lo que sucede mientras dure la película. Ese espectador (cualquier espectador, en definitiva) si luego cuestiona todo lo que ha visto es un gran espectador para esta clase de historias sin cuento, puro acontecer.
En SOMOS NOSOTROS (también en La risa) no pasa nada, pero la película pasa porque se desplaza en su duración y en el espacio, y porque se da el lujo de alterar el tiempo y convertirlo en un hoy que es siempre: el Cabe le pregunta a Lorenzo qué onda el viaje, cuando Lorenzo y Aye no se fueron a ningún sitio. Sí que se fueron, vinieron a Buenos Aires desde Mar del Plata, pero te das cuenta de eso si tenés los ojos atentos y no buscás en sus imágenes signos que estructuren u ordenen dramáticamente su relato. El asunto es que el viaje no los modificó en absoluto, ni siquiera se cambiaron de ropa; sus días son siempre igual de aletargados, de insustanciales, y andan en moto o se deslizan en skate o transitan en camioneta mientras buscan a quien nunca encuentran, y ni siquiera un chocolate es capaz de torcer ese destino. En este punto es que SOMOS NOSOTROS se hace fuerte y se hace grande, porque Mariano Blanco observa su entorno con mirada centrípeta, sin pensarlo, porque es parte de la historia y resulta completamente natural hablar de sí mismo a los 21 años. El asunto es que Mariano no habla, es testigo, y su talento se hará seguramente tan grande como la playa y el mar cuando amanece, fuera de temporada.

TE CREÍS LA MÁS LINDA (PERO ERÍS LA MÁS PUTA)
Chile, 2009. Escrita y dirigida por Ché Sandoval. Producida por Carlos Álvarez. Fotografía: Felipe Bello. Montaje: Manuela Piña y Ché Sandoval. Intérpretes: Martín Castillo, Francisco Braithwaite, Camila Le Bert. Competencia Cine del Futuro
Pese a que su título genere suspicacias por su irreverencia, la película es mucho más irreverente y corrosiva cuando se abandona su superficie. Javier es un nerd más perdedor que los que pinta Wes Anderson y más fatalista que los de Jim Jarmush en Permanent vacation, por ejemplo, porque además de ser un relegado renegado, Javier es eyaculador precoz y no tiene empacho en confesarlo, y tampoco se preocupa demasiado si lo cagan a golpes a cambio de unos pesos o si una puta vieja lo rechaza pero le presta el hombro para sentirse acompañado. El título, entonces, más que un insulto resulta de una verdad aplanadora y de una ternura tan ácida como el futuro. TE CREÍS LA MÁS LINDA..., además de contar con una puesta de cámara que bulle como la sangre de Javier, de analizar con urgencia adolescente a la clase media profesional en Chile y de balbucear una jerga tan comunicativa como incomunicada, tiene al mejor personaje que al menos haya visto hasta ahora este cronista en la 12ª edición del BAFICI, y al actor más adecuado para interpretarlo.

13 de abril de 2010

BAFICI 05 - Historias mínimas y extraordinarias

LO QUE MÁS QUIERO
Argentina, 2010. Escrita y dirigida por Delfina Castagnino. Producida por Iván Eibuszyc y Felicitas Soldi. Fotografía: Soledad Rodríguez. Intérpretes: María Villar, Pilar Gamboa, Esteban Lamothe. Competencia Internacional
La película comienza donde otras usualmente terminan: las dos amigas conversan en la montaña, de espaldas a cámara, charlando de sus cosas, lejos del mundo, en plano entero con las montañas de fondo y la imagen de las chicas en foco rabioso, una bellísima vista de pasmosa confianza. El final es en el bosque, a ras del suelo, con las amigas de frente a cámara en plano general, interferidas por algunas ramas o algunos troncos, con foco tibio y con cierta inseguridad en los bordes del cuadro. El final perfecto a una historia breve, interior, diáfana en sus objetivos y donde lo técnico no es lo importante porque se subordina al relato. Delfina Castagnino no hizo cine de mujeres con LO QUE MÁS QUIERO, hizo cine femenino, y lo demuestra a través de la tersura de su mirada, la complejidad de su puesta de cámara y la consecuencia con sus personajes. Una película sobre la madurez que emociona cuando decantan esas imágenes de Bariloche en verano y recordamos el dolor en los ojos de Pilar Gamboa y la infinidad de matices en el cuerpo de la estupenda María Villar.
LA QUEMADURA
Francia/Chile, 2009. Escrita y dirigida por René Ballesteros. Producción: Le Fresnoy. Fotografía: Severine Pinaud, Jacques Loeuille, Enrique Ramírez, René Ballesteros. Montaje: Catherine Rascon, Marina Mellande, René Ballesteros. Competencia Internacional
Hace casi treinta años Margarita, la madre de René Ballesteros, abandonó a su esposo, dejó a sus hijos al cuidado de la abuela y se fue de Chile para no volver; sus hijos la recuerdan en fragmentos, y esos fragmentos incluyen el timbre con el nombre del padre y el de Margarita tachado en la coleccion incompleta de los minilibros de la editorial Quimantú, la editorial de Allende como se cuenta aquí, libros desaparecidos que no son metáfora del terrorismo de estado sino consecuencia de una sociedad fracturada. Quizás sea una película donde lo privado y lo histórico se desbalanceen y no alcancen a intersectarse, y tal vez esté muy apoyada en sus intenciones que en su concreción cinematográfica.

RED DRAGONFLIES (Libélulas rojas)
Singapur, 2010. Escrita y dirigida por Liao Jiekai. Producida por Lyn-Anne Loy y Tan Bee Thiam. Fotografía: Looi Wan Ping. Montaje: Liao Jiekai, Looi Wan Ping, Tan Bee Thiam. Intérpretes: Oon Yee Jeng Rachel, Yeo Shang Xuan, Ong Kuan Loong. Competencia Internacional
Poco importa el aparente hermetismo de su relato. Las imágenes de RED DRAGONFLIES cuentan mucho más que una historia sobre el fin de la infancia; hablan del tiempo y de los sueñoss, de la vigilia y la duermevela y de las libélulas rojas cuyo aleteo en nuestras manos solamente nos impula a ser más libres. Un poema visual exquisito.

EL PASANTE
Argentina, 2010. Escrita y dirigida por Clara Picasso. Producción: Campeón Cine, Universidad del Cine. Fotografía: Fernando Lockett. Montaje: Andrea Santamaría. Intérpretes: Ana Scannapieco, Ignacio Rogers. Competencia Argentina
Película cuya eficacia se desinfla a medida que se acerca el final, que promete más que lo que cumple y con una malicia en la última escena que es una pena que no la transforme en algo más sofisticado.

CUCHILLO DE PALO
España/Paraguay, 2009. Escrita y dirigida por Renate Costa. Producción: Marta Andreu. Fotografía: Carlos Vasquez. Montaje: Nuria Esquerra. Competencia Internacional
108 fueron los homosexuales que la dictadura de Alfredo Stroessner encarceló, reprimió y condenó por medio de listas públicas repartidas durante años en el Paraguay en sus escuelas, iglesias, dependencias oficiales... Y 108 fue el número que los vecinos quitaron de sus casas, una cifra mala palabra vergonzosa y humillante. Uno de esos 108 fue Ricardo Costa, o Héctor Torres, o Ricardo Héctor Costa Torres, quien apareció muerto en su casa, desnudo y sin ropa en el ropero, el tío de Renate, el hermano que Pedro no pudo rescatar del infierno de la homosexualidad, el hombre que consiguió desdoblarse en dos pero que nunca pudo ser uno. CUCHILLO DE PALO es el sentido homenaje que su sobrina le tributa, un documental que sin embargo no está hecho para recuperar la imagen difusa de Ricardo sino para alumbrar el lado oscuro de la recién pasada realidad latinoamericana.

ALAMAR
México, 2009. Guión, fotografía, montaje y dirección de Pedro González-Rubio. Producida por Jaime Romandía y Pedro González-Rubio. Intérpretes: Jorge Machado, Natan Machado Palombini, Roberta Palombini, Néstor Marín "Matraca". Competencia Internacional
ALAMAR es un film extraño porque parece quedarse a mitad del viaje pero de repente deja satisfecho el corazón cuando una garza silvestre pretende domesticarse. Película cuyo conflicto es una despedida que en todo su metraje resulta una gozosa llegada, y que le habla a los hijos y a los padres con la voz del mar eterno, y que transcurre sin ceremonias, ni zozobras ni profundas emociones.

Bonus track - 31 DE ABRIL
Chile, 2009. Guión, producción y dirección: Víctor Cubillos P. Fotografía: Enrique Stindt, Cristián Rojas. Montaje: Víctor Cubillos P. y Jaime Gándara. Intérpretes: Manuel Cubillos, Vera Puelma, Leonardo Cubillos, Tomás Cubillos, Cristián Cubillos. Panorama
Si hubiera sido adolescente en los '90, ¿hubiese tenido una cámara de video? ¿Hubiera registrado experimentos con mis amigos, como El Vengador Impotente? ¿Se me hubiera revelado la franja que divide el documental de la ficción? ¿Hubiese vivido rodando? ¿Y eso habría sido la felicidad? En mi caso no lo sé, pero sí es evidente en el caso de Víctor Cubillos P., ese muchacho que murió en Alemania y que hoy su hermano Cristián homenajea celebrando su vida, guardada en forma de VHS con prolijos marbetes en un ropero que la preserva junto a los grandes clásicos. Es que uno puede vivir tranquilo y seguro y dichoso en cualquier sitio que tenga una cinemateca, en cualquier lugar del mundo que quepa en un plano cinematográfico y se eternice. Pobre Víctor Cubillos P., ir a morirse así y tan lejos de Santiago, tan lejos de los festivales de fin del verano en el camping, tan lejos del papá que de tristeza se hizo corredor de fondo, y de la mamá que por desesperación se hizo católica. Y de los hermanos, y de los amigos, y de Carolina, que aunque casada con un alemán recuerda los sueños que proyectaban juntos en una pantalla. Pobre Víctor Cubillos P., morirse tan violentamente... Es la vida, qué le vamos a hacer. A todos les ha dejado algo Víctor Cubillos P.: les ha dejado alegría. Y les dejó esta película amplia, generosa y absolutamente falaz.
¿Se puede mostrar el país enmascarado en el que uno vive si ser doliente o condolido? ¿Se puede ser mordaz con la ciudad donde uno ha crecido sin escarnecerla, paseando por las calles del barrio con una tapa de inodoro en la mano izquierda? ¿Se puede uno burlar de la institución familiar sin dejar de amar a los seres queridos? ¿Se puede ser objetivo con el país que uno adoptó para desarrollarse, juzgándolo desde los amigos que uno supo conseguir? ¿Y puede uno burlar la muerte? Sí, claro, uno puede todo eso si aprendió a ser chacotón recortando lo importante desde el objetivo de una cámara. Más que found footage 31 DE ABRIL refuerza la idea de que la historia es un prisma irisado por la experiencia personal, y que uno puede readecuar los hechos sin ser irrespetuoso con la propia verdad. Docuficción, documental de creación, mockumentary, diario filmado, talking heads, cine antropológico, cine etnográfico, videoarte... ¿Una sola película puede ser todo eso? Por supuesto, si se tiene el talento subversivo de Víctor Cubillos P. para desentrañar el pasado, descubrir lo que uno es hoy, y reírse a las carcajadas de frente al porvenir.

Nota al pie: recomiendo que la vean el domingo 18 a las 23 hs., en el Arteplex Caballito 2. Les quedará el mejor recuerdo de este BAFICI 12.

12 de abril de 2010

BAFICI 04 - Más corazón que odio (segunda parte)

Además de la película que se comenta aquí debajo, también vi COUNTRYSIDE 35X45, OXYGEN e INVERNADERO. Cualquiera de esas tres películas podrían haberse obviado de la grilla de este BAFICI 12, pero ahí están, y las he visto. Mañana (a la madrugada o durante el día) comentarios sobre LO QUE MÁS QUIERO, LA QUEMADURA, RED DRAGONFLIES y EL PASANTE; después el de 31 DE ABRIL.

EL AMBULANTE
Argentina, 2009. Guión, dirección, producción y montaje: Eduardo de la Serna, Lucas Marcheggiano y Adriana Yurcovich. Fotografía: Pablo Parra. Intérprete: Daniel Burmeister. Competencia Internacional
Cuando en 1989 empecé a estudiar cine en la Escuela Superior de Cinematografía dirigida por Manlio Pereyra aún se filmaba en Super 8, se montaba con empalmadora, se pegaba la película con cinta transparente y se proyectaba con proyectores cuyo ruido era un efecto de sonido insoslayable. Aprendí cuestiones cinematográficas manipulando el material y descubriendo que la persistencia retiniana más que un defecto de la vista es una bendición de los sentidos. El video llegó después, no mucho más allá, y las cosas cambiaron porque se morigeraron los sacrificios del rodaje, al menos para los estudiantes de cine.
Ayer domingo al mediodía reconozco en la calle Agüero a Lucas Marcheggiano y lo saludo. Lucas me comenta sobre la película que lo tiene como codirector que en Holanda a la gente le conmovió la cuestión de hacer cine sin dinero y que querían pasarle a los alumnos de sus escuelas las películas de Daniel Burmeister para que supieran que hay gente que hace las cosas en forma distinta. ¿Es que EL AMBULANTE trata sobre cómo hacer cine sin dinero? Sí, en últilmo lugar trata sobre eso, sobre hacer cine más que sin dinero con lo que se tiene a mano. Es que no hay cosa más importante que el cine, que encerrarse en una sala oscura a comprender cómo se vive en el mundo, y para eso no es necesario meter tanto la mano en el bolsillo sino saber mirar alrededor.
Pero bueno, uno ha crecido, y como ha crecido la primera impresión que tiene de Daniel Burmeister es que es un chanta de película. Burmeister ideó un sistema para vivir de arriba que consiste en ir de pueblo en pueblo, por el interior de la Argentina, con la excusa de filmar con su cámara Super VHS historias como Matemos al tío haciendo participar como actores a los habitantes del lugar, exhibiendo el video más o menos al mes en el salón de la iglesia a precios módicos y vendiéndoles la copia del trabajo a los participantes, sus parientes y vecinos; durante el tiempo que dura su estancia en el pueblo Burmeister vive de las provisiones que le da un almacén y en la casa que le presta la intendencia del lugar. A las autoridades del pueblo las convence con las cartas de intención que otras autoridades redactaron tras su paso por la comunidad. Hay que sacarse el sombrero porque el viejo Burmeister es un capo de aquellos: hace 14 años que vive de eso y aunque tiene un Dodge destartalado hace lo que se le canta y hasta tiene un millón de amigos. Y ahí entonces se acaba eso de pensar con sorna sobre la gente cuando uno le tiene (¿sana?) envidia, porque uno es un sentimental y Burmeister tiene un millón de amigos. Uy. Tiene un millón de amigos...
En EL AMBULANTE Burmeister llega al alba y se va al atardecer atravesando un camino polvoriento. Tiene el aspecto de personaje secundario en alguna comedia entrañable: afable, de hablar pausado y sereno y mayor como un abuelo. De a poco pero sin pausa vamos conociendo su modus operandi, a las autoridades de Benjamín Gould, al intendente del pueblo (un hombre gordo enorme con más cara de asombro que de desconfiado), a la almacenera, a un remisero, a los bomberos. Y es así que cuando llega el momento del casting uno haya perdido la aprensión inicial y sienta que lo quiere a Burmeister, tanto como para ir a Canals con él para convocar a algunos actores de ese pueblo vecino y que ya se hicieron famosos en otra secuencia de casamiento. Porque la película que filma Burmeister en Benjamín Gould, en Córdoba, al filo de Santa Fe, es la número 58 con uno de los cuatro o cinco guiones que Burmeister tiene en la manga para tales efectos.
Y algo llama la atención a esta altura del relato: cada vez que Daniel Burmeister dice la palabra película el acento en la i estira la vocal y las eles suenan más musicales aún, como si esa palabra lograse proyectar sus más profundos secretos e intereses. Entonces tomamos conciencia que no veremos Matemos al tío sino que estamos viendo una película que diluyó las marcas del género documental como si fuera una acuarela humedecida por la emoción. Si Daniel Burmeister nos resulta más grande que la vida es porque Eduardo de la Serna, Lucas Marcheggiano y Adriana Yurcovich supieron observarlo sin calificación y nos muestran su trabajo concientes de lo que producen pero sin segundas intenciones. Lo importante para ellos es el trabajo de Burmeister, no EL AMBULANTE: quizás las películas de Burmeister no sean buenos ejemplos cinematográficos ni películas que rompan moldes establecidos para crear nuevas formas. Las películas de Burmeister son documentos políticos precisos porque consiguen fomentar el bien común y atienden el derecho humano de la gente de verse reflejada por el arte, no importa su envergadura técnica o su aliento de posteridad. Daniel Burmeister vive de esto, de filmar la vida de la gente, su propia vida; no vive con holgura ni tampoco es millonario, pero como Shane en el western de George Stevens tiene una misión que cumplir con las familias argentinas y luego se podrá ir satisfecho caminando hacia el sol a soñar el sueño de los héroes.

11 de abril de 2010

BAFICI 03 - Más corazón que odio (primera parte)

CINCO
Argentina, 2010. Escrita y dirigida por Cinthia Varela, Marco Berger, Cecilia del Valle, Andrew Sala y Francisco Forbes. Producida por Bulevú Cine y la Universidad del Cine. Fotografía: Bascoy, Gorla, Pérez Silva, Fernández Bosque, Neira, Bramuglia. Montaje: Juárez, Berger, Forbes, Gálvez Haberle. Intérpretes: Martina Juncadella, Alberto Rojas Apel, Julio Graham, María Torriglia, Walter Jakob, Leonardo Murúa. Panorama - Nocturna
El sexo es vida. La vida se asocia a los sueños, al deseo, al impulso casi irreflexivo de la juventud. ¿El sexo es más intenso en la juventud? Cinco cuentos + cinco cortos= cinco miradas sobre la juventud y el sexo, algunas más logradas que otras (Platero, de Marco Berger, y Coger en castellano, de Andrew Sala), muy correctos en el aspecto técnico aunque con una energía que de tan previsible le resta vuelo a sus aspiraciones.

LA MUJER SIN PIANO
España, 2009. Dirigida por Javier Rebollo. Escrita por Rebollo y Lola Mayo. Producida por Damián París. Fotografia: Santiago Racaj. Montaje: Angel Hernández Zoido. Intérpretes: Carmen Machi, Jan Budar, Pep Ricart. Competencia Internacional
Película de cámara y personaje (ambos, cámara y Rosa, bien alto en sus posibilidades), que se dejan llevar de a poco y sin apuro por la noche madrileña para perder la cabeza bajo una peluquita que en otras circunstancias estaría pasada de moda pero que en esta historia es pura rebelión. El hastío, la desesperanza, el desconcierto (¿qué hacía España en la guerra de Irak, allá por el 2003?) y la tristeza son los tópicos que Rebollo enmascara detrás de la sonrisa enigmática de esa Rosa que pareciera llevar los genes de Jacques Tati y de Emma Peel y el alma doliente de Gelsomina. Gracias a que Rosa toca el piano en su escape nocturno y la cámara se queda en ese momento pudorosamente afuera es que esta película se irá destilando con el correr de los días y quizás se transforme en una de las vistas más inteligentes del BAFICI 12.

LA BOCCA DEL LUPO (La boca del lobo)
Italia, 2009. Dirigida por Pietro Marcello. Producida por Nicola Giuliano, Francesca Cima y Dario Zonta. Fotografía: Pietro Marcello. Montaje: Sara Fgaier. Intérpretes: Mary Monaco, Vincenzo Motta. Competencia Internacional
Génova se ha vuelto miserable y sufre en las cuevas de sus espacios abandonados. Ese tramo, el de Génova ayer y hoy, es el más interesante de LA BOCCA DEL LUPO, película cuya carne es el material de archivo (imágenes de la primera mitad del siglo XX en esa ciudad que fue pujante) y cuyo espíritu se pretende apasionado: la historia de Mary y Vincenzo se ofrece más entonada que intensa, y su resolución inmediata y conformista (hay formas mucho más inquietantes y subversivas de mostrar la felicidad en un entorno hostil) la abandonan como una huella en la nieve.

GO GET SOME ROSEMARY (DADDY LONGLEGS) (Busquen algo de romero (Papaíto Piernaslargas))
Estados Unidos, 2009. Escrita y dirigida por Josh y Benny Safdie. Producida por Casey Niestat y Tom Scott. Fotografía: Bret Jutkiewicz, Josh Safdie. Montaje: Josh Safdie. Intérpretes: Ronnie Bronstein, Sage Ranaldo, Frey Ranaldo, Victor Puccio, Eléonore Hendricks. Competencia Internacional
Un padre que es más niño que sus hijos de ocho años pone aún más en peligro la disfuncionalmente endeble estructura familiar de las grandes ciudades estadounidenses. Aunque la mirada no está excenta de simpatía y en muchos momentos todos los personajes resultan adorables, GO GET SOME ROSEMARY se recuesta en su recurso narrativo principal (una inmejorable desprolijidad estética) y a veces se duerme profundamente. Pero el final desolador agita el pulso y obliga a pensar de otra manera todo lo que hemos visto, como si Lenny de repente hubiera querido ponerse a mirar la película que proyecta y descubriera otra luminancia en las imágenes. Una sorpresa, amarga.

9 de abril de 2010

BAFICI 02 - Un día de furia

PARAÍSO
Perú, 2009. Escrita y dirigida por Héctor Gálvez. Producida por Enid Campos y Josué Méndez. Fotografía: Mario Bassino. Montaje: Eric Williams. Intérpretes: Yiliana Chong, Joaquín Ventura, José Luis García, Gabriela Tello, William Gómez. Competencia Internacional
Hablar de la pobreza en Latinoamérica, hoy, no tiene sentido porque hay que pasar a la acción. Una de esas formas de actuar es empuñando una cámara de cine que recorte el tema sin miserias ni esteticismos vanos, como hace Héctor Gálvez en PARAÍSO. PARAÍSO es una película contundente porque no golpea ni declama sobre el tema en cuestión en ninguna de sus imágenes; lo expone, lo observa, lo desarrolla y si es necesario lo grita sin histeria pero con firmeza. PARAÍSO no se regodea en liturgias for export como La teta asustada ni tampoco tiene factura de ONG a la vista como un trabajo destinado al público bienpensante. Se dirige a su Perú seco con la esperanza adolescente de unos chicos con los pies en la tierra y concientes de su lugar en el mundo, que saben quitarse el polvo de los zapatos y columpiarse en un trapecio sin que los maree la altura.

THE ROBBER (Der Räuber / El ladrón)
Austria/Alemania, 2010. Dirigida por Benjamín Heisenber. Guión de Benjamín Heinsenberg y Martin Prinz. Producida por Michael Kitzberger y Nikolaus Geyrhalter. Fotografía: Reinhold Vorschneider. Montaje: Andrea Wagner y Benjamín Heisenberg. Intérpretes: Andreas Lust, Franziska Weisz, Markus Schleinzer. Competencia Internacional
THE ROBBER podría ser la versión inmoral de El carterista (Pickpocket, Robert Bresson, 1959), la respuesta lacónica y nihilista a El mundo frente a mí (The loneliness of the long distance runner, Tony Richardson, 1962), o la vuelta de tuerca política a Duro de matar (Die hard, John McTiernan, 1988). Porque además de ser un índice de las contradicciones de la Unión Europea, THE ROBBER es un gran entretenimiento con un villano heroico y desmesuradamente hombre. Frente a la deshumanización del sistema Johann Rettenberg decide ponerlo en marcha de manera unilateral. Es lógico que no será suficiente: los planos generales de Benjamin Heisenberg, con un ladrón armado y portando una máscara neutra, apenas si conmueven a un alrededor que solamente gira para mirar de soslayo el movimiento de un desesperado corredor de larga distancia. En esos planos generales queda claro que el sistema, más tarde o más temprano, le quitará el aliento a Rettenberg. Una película impecable y que se sabe testigo presencial de su tiempo.

THE APE (Apan / El simio)
Suecia, 2009. Escrita y dirigida por Jesper Ganslandt. Producida por Jesper Kurlandsky. Fotografía: Fredrik Wenzel. Montaje: Jesper Ganslandt. Intérpretes: Olle Sarri, Eva Rexed, Francois Joyce, Sean Pietrulewicz, Niclas Gillis. Panorama
En el BAFICI 10 se presentó en la competencia Cine del Futuro la primera película de Jesper Ganslandt, Farväl Falkenberg, un sentido homenaje a la adolescencia y un estudio sobre la anomia social sueca que dejaba tantas ideas como varias melancolías. Por esa razón su segundo largometraje en solitario despertaba un interés extra a la síntesis que presenta el catálogo del BAFICI 12. Una pena que ese interés se viera defraudado por un estilo ajeno (una cruza de gore con sentido de justicia social) y por una historia que de lo policial deriva a lo patológico sin demasiada eficacia y sin suficiente sustento. La historia de un asesino filial (de quien nunca conoceremos sus móviles) podría generar rechazo (otra forma de empatía), pero en este caso Krister, el asesino, deja de crear interés a medida que lo gana la histeria, y Ganslandt intenta alguna sutileza en el final que termina por corroborar el trazo grueso.

KINATAY
Filipinas/Francia, 2009. Dirigida por Brillante Mendoza. Guión de Armando Lao. Producida por Didier Costet, Ferdinand Lapuz. Fotografía: Odyssey Flores. Montaje: Kats Serraon. Intérpretes: Coco Martin, Mercedes Cabral, Julio Díaz, Jhong Hilario. Panorama - Nocturna
No hay películas sin concesiones porque cada película parte de una consensuada decisión previa. No hay películas de denuncia porque las películas sólo se limitan a contar una historia. No hay películas necesarias porque hay mucha gente que puede vivir sin ellas. No hay películas urgentes porque para el cine el hoy es perpetuo. Entonces, ¿qué sentido tiene KINATAY? ¿Qué sentido tiene ver la matanza que presenta? ¿Qué sentido tiene abandonar la proyección, si sabemos que el cine siempre es la misma sombra en una sala oscura? KINATAY (matanza) tiene sentido porque a Brillante Mendoza le duele más el caos a la luz del día que la noche infernal de Filipinas. Y se encarga de mostrarnos la mascarada diurna donde también se descuartizan cuerpos y se administra justicia como si se despachara un plato de fideos. Eso le duele a Brillante Mendoza, le duele su sociedad prostituida sin el amparo de un prostíbulo. Y nos presenta esa sociedad forzando el realismo para que veamos más que lo que nos muestra. En KINATAY no hay héroes, ni hay mártires, ni hay víctimas. Hay masa, friéndose a fuego lento, una masa indigna, porque Peping ya había perdido la dignidad mucho antes que esa noche. Y eso duele, porque hay películas que duelen cuando uno las ve, como KINATAY, una extraordinaria muestra de un mundo que sufre por su propia culpa.

BAFICI 01 - Dios y el Diablo en la tierra del sol

AJAMI
Israel/Alemania, 2009. Escrita y dirigida por Scandar Copti y Yaron Shani. Producción: Moshe Danon, Thanassis Karathanos. Fotografía: Boaz Yehonatan Yaacov. Montaje: Scandar Copti y Yaron Shani. Intérpretes: Fouad Habash, Nisrine Rihan, Elías Saba, Youssef Sahwani, Abu George Shibli. Competencia Internacional
Ajami es un barrio de Jaffa, al sur de Tel Aviv, sitio poblado por árabes musulmanes, cristianos, judíos observantes e israelitas ecuménicos. Hay tensión, hay odio, y el amor se ocuta y se teme; la vida no tiene valor y en esa lucha por el poder da lo mismo ser culpable que inocente. Si, claro, todo esto que dijimos recién es un pequeño sumario de lugares comunes de los que AJAMI escapa pero sin salir indemne. En el metraje de AJAMI (largo metraje) la tirantez está puesta en el texto y sus anécdotas pero no tanto en la realización y el montaje, de pasmosa seguridad técnica que no siempre está al servicio de las necesidades narrativas. Es posible que la estructura del guión sea más potente que su diseño audiovisual, tal vez por eso de pretender hacer política y no denuncia. Si marcamos esto como un defecto se debe a que los personajes principales tienen entre 10 y 19 años y no alcanzan a medir o comprender la dimensión de sus actos; quizás la desprolijidad en la imagen hubiera contribuido a darle una visceralidad que en balance final AJAMI no tiene. Y esa desprolijidad visual ausente oculta al verdadero protagonista de la película de Copti y Shani: el tiempo. La importancia de un reloj de bolsillo, tanto como representación del tiempo escindido como también del tiempo que corre y no avanza, se descubre cuando AJAMI cierra con una tranquilizadora y previsible dureza sin haberse abismado nunca en suelos movedizos.

PUTTY HILL
Estados Unidos, 2010. Escrita y dirigida por Matt Porterfield. Producción: Jordan Mintzner, Steve Holmgren, Joyce Kim, Eric Bannat. Fotografía: Jeremy Saulnier. Montaje: Marc Vives. Intérpretes: Sky Ferreira, Zoe Vance, James Siebor Jr., Dustin Ray, Cody Ray. Competencia Internacional
Todo el tiempo están moviéndose, dice un pibe respecto de los skaters, de los ciclistas y de los drogadictos que dan con sus huesos en esa plaza de Baltimore. Y luego un sticker reza en un negocio que no se le venden cigarrillos a menores de 18, y un chico pinta en la pared una leyenda que dice “Descansa en paz, Cory”. Cory, el sujeto ausente de esta película, se murió por sobredosis o porque cayó en sus sueños como dice una chica en algún momento. De Cory sólo vemos una foto, el gran elemento poético de PUTTY HILL: en esa foto Cory no tiene los 25 que dicen que tenía al morir sus deudos y allegados, o no los representa. Y si esa foto es el gran elemento poético de la película de Matt Porterfield se debe a que todo el hiperrealismo que la compone (cabellos desteñidos, tatuajes inconclusos, paredes descascaradas, drogas duras) está tan perfectamente encuadrado en lo cinematográfico y tan estéticamente recortado de la vida misma desde las intenciones de su guión, que esos viejos que se comportan como niños, esos niños que escuchan en una biblioteca un cuento sobre la desaparición de otro niño, esos adultos que juegan a sufrir menos mientras componen canciones adolescentes, y esos adolescentes que sufren de verdad y no en forma verosímil, dejan en evidencia el artificio y deshacen el recurso de la entrevista objetiva acercando el todo a un mero show de la realidad, artilugio notorio en la secuencia del funeral. Y si ese moverse todo el tiempo del que hablábamos antes pretende denunciar el quietismo y la anomia sociales en los que viven ciertas ciudades de los Estados Unidos, la denuncia es tan fácil de comprender y digerir como tan rápido de dejar atrás y olvidar.

HADEWIJCH
Francia, 2009. Escrita y dirigida por Bruno Dumont. Producción: Rachid Bouchareb, Muriel Merlin. Fotografía: Yves Cape. Montaje: Guy Lecorne. Intérpretes: Julie Sokolowski, David Dewaele, Yassine Salim, Kart Sarafidis, Brigitte Mayeux-Clerget. Panorama – Trayectorias
El cine de Bruno Dumont remite por su fisicidad al de Robert Bresson: nunca los rostros de la gente pueden ser más expresivos sino cuando uno tiene el suficiente tiempo para contemplarlos y aprehender la autenticidad que nos transmiten, aquello que escapa a la mirada cotidiana. Baste recordar a Pharaon de Winter (el policía que encarnó Emmanuel Schotté en La humanidad) oliendo a los sospechosos para comprender el alcance de esta cuestión que de alguna manera une lo carnal con lo sagrado. Pero HADEWIJCH no se queda ahí; también recuerda a Bajo el sol de Satanás, la película de Maurice Pialat basada en la novela de George Bernanos, aquel escritor que inspirara a Bresson para Diario de un cura rural. Y se parece en que aquí lo divino deviene en perturbación fundamentalista, porque Céline/Hadewijch se ampara en la fe para expresar su inconformismo frente a la sociedad, para legitimar su locura extática o para aprender a cantar como una sirena cuando se acerque un navegante. Algo así fue Hadewijch de Amberes, una poetisa mística del siglo XII, con su desmesurado amor a Dios. Y así está el mundo que no nos damos suficiente cuenta hacia dónde nos dirigimos, nos dice abrupta, explosivamente Dumont, sin religiosidad ni discursos. Por eso HADEWIJCH es tan violenta, tan cercana, tan pasmosa, porque los salvos son los pecadores, y los pecadores son los únicos que observan el mundo con una mirada inocente y resignada.

MORRER COMO UM HOMEM (To die like a man / Morir como un hombre)
Portugal/Francia, 2009. Dirigida por Joao Pedro Rodrigues. Escrita por Joao Pedro Rodrigues y Rui Catalao. Producción: Maria Joao Sígalo. Fotografía: Rui Poças. Montaje: Rui Mourao, Joao Pedro Rodrigues. Intérpretes: Fernando Santos, Alexander David, Gonzalo Ferreira de Almeida, Chandra Malatitch, Jenni Larrue. Competencia Cine del Futuro
MORRER COMO UM HOMEM no es un fado, tampoco una balada y mucho menos un tango: hereda la melancolía de todos ellos y la transforma en una voz universal sobre la tristeza de los hombres. Tampoco es un melodrama, una comedia o un musical, porque MORRER COMO UM HOMEM es un río con rápidos vehementes y remansos crepusculares. Y es un río que cuando besa la costa descubre duendes y vagabundos perdidos y florcitas silvestres y plegarias atendidas. MORRER COMO UM HOMEM no es una película sobre la muerte, trata sobre vivir como uno quiere, sobre existir como uno puede, sobre irse con dignidad cuando nos llegue la hora y sobre ser auténticos todo el tiempo, porque Dios siempre nos lo permite. Es una película bella porque la belleza es superior a la hermosura y a la juventud, es un paseo por el alma de la gente, una canción que se canta contra la ventana cuando llueve, en un susurro, aunque alguno nos haga callar. Lo más importante es que es una gran película, de esas que no se olvidan tan fácil y cuyas imágenes se tornan indelebles en nuestra experiencia.