15 de noviembre de 2009

La pelota no se mancha

Necesitaba unos días de vacaciones como cronista teatral para abocarme a la tarea de dramaturgo, pero como no sabía dónde irme de vacaciones decidí ir al teatro. El diario La Nación en ese sentido ofrece interesantes paquetes turísticos al espectador que busca destinos de aventura, porque en algún sector de sus páginas siempre hay alguna plaza exótica por conocer. Y así, a las perdidas de su edición on line, descubro en La Nación del jueves 12 que la compañía italiana Biancofango estaba presentando en el Teatro del Abasto el espectáculo IN PUNTA DI PIEDI, o sea En puntas de pie, o como su traducción castiza, DE PUNTILLAS. Buen tiempo para pasear, me dije, y por la tarde reservé una entrada para esa noche. Está comprobado que los viajes relámpago son los que dejan el sabor de los mejores recuerdos, así que para no entorpecer la máxima decidí no investigar demasiado ni a Biancofango ni al espectáculo, y me dispuse a disfrutar de una noche como buen espectador de teatro: sacar la entrada en la boletería, esperar en el hall a que el personal diera sala, sentarme en la platea y dejar que el teatro me sorprenda, con la misma sensación que uno tiene cuando va a la cancha y aunque sabe cómo se disputará el partido, nunca sabe cómo se desarrollará el encuentro.


Linea bianca + panchina

Un hombre, que más que un hombre es un muchacho, un chico, rumia palabras sentado en un banco con su equipo de gimnasia limpio y las zapatillas impecables. Tiene bronca, vaya a saber uno por qué. Luego se pone a trazar una línea blanca con yeso en polvo, de punta a punta, marcando la banda lateral de la cancha. Y se sopla la mano, y la vuelve a soplar, y el polvo se hace nube, una nube espectral que bajo los faroles de la sala se transforma en tiempo. Y después el chico vuelve a ser hombre, padre de familia que masca chicle, el mister del equipo que indicará con tono altisonante cómo formará la escuadra ese domingo. El mister tiene dos hijas pequeñas con quienes bien podría salir a pasear y no estar allí con ese grupo de sabandijas que se creen futbolistas. En ese grupo está Mastino con su ropa Adidas nueva y las zapatillas lavadas por su mamá. Mastino es otro de los chicos, y no jugará de entrada ese partido. El mister se encarga de decirnos que Mastino no es bueno como futbolista, aunque vaya a ver a la Fiorentina y cante en el estadio como buen tifoso. Mastino es uno de esos jugadores que no necesita ir a la ducha porque ni siquiera suda; ya está listo para ir a dar una vuelta incluso antes que terminen los noventa minutos de juego. Mastino no es como Golgòl, su enemigo íntimo, ese que hace los goles y vuelve a patear la pelota dentro del arco. A Mastino le pegan en los entrenamientos. A Mastino las chicas ni lo miran. Mastino es como el rabo de la estrella, el perro que sigue al amo, el último orejón del tarro. Mastino no está acorde con su tiempo, los años ’80, los años dorados del calcio italiano. Mastino es un pibe que sueña despierto. Mastino es un inepto. Mastino no sirve para nada, ni siquiera para protestarle al árbitro un fuera de juego. Él está fuera de juego. Mastino es un desclasado a quien únicamente le queda ir por la vida en puntas de pie siguiendo la línea blanca, hasta que la línea blanca se termine. IN PUNTA DI PIEDI trata sobre el fútbol, no encarado como deporte sino como la última representación religiosa de nuestros tiempos, en palabras dichas por Pier Paolo Pasolini en una entrevista de 1970. En esa misma entrevista Pasolini dijo que el fútbol es el espectáculo que ha sustituido al teatro porque en el fútbol un mundo real, de carne, el de las gradas del campo, se mide con protagonistas reales, los jugadores sobre el césped, que se mueven y se comportan según un ritual preciso, por ello considero que el fútbol es el único gran rito que ha quedado en nuestros tiempos. Biancofango se apropia de esta idea para montar sobre el escenario un complejo mecanismo de acciones físicas iteradas que mutan su sentido a través de la palabra. Como en la misa o en la procesión, Mastino se entrega a un rito del que, aunque no sea partícipe, es fiel devoto por ser italiano, o por ser hombre. En esta dirección la dramaturgia y la puesta en escena de Francesca Macrì y Andrea Trapani subrayan sutilmente la incapacidad de Mastino para adaptarse a un mundo que le es hostil, a una sociedad que lo expulsa por no estar preparado, y se vale de una línea blanca, un banco de madera, luz, y Mastino, y el mister, y Golgòl, y una chica, y el ayudante de campo en el cuerpo de un solo actor, el magnífico Andrea Trapani. Porque IN PUNTA DI PIEDI es un monólogo cuya voz brota del cuerpo, una voz que es idea y sonido gutural al mismo tiempo, una voz primitiva que grita para sobrevivir. Y parece ser que así es el nuevo teatro italiano, con el cuerpo no como objeto estético sino como discurso político, un cuerpo que expresa un mundo social desgarrado y la huella ancestral de su escarpada geografía. Quizás por eso sea tan conmovedor, y quizás por eso uno se sienta tan identificado.


Nota al pie

Al principio hablaba de vacaciones y de este viaje relámpago a Italia a través del teatro. Vi este espectáculo dos veces, una en italiano en el Teatro del Abasto el jueves 12 y la otra en español el sábado 14 en el auditorio de la Universidad Popular de Belgrano. Tras la primera función investigué, con los datos que figuraban en el programa de mano, a través de la web el recorrido de Biancofango, la compañía fundada por Andrea Trapani y Francesca Macrì en 2005. Andrea Trapani es un actor y autor graduado en la Accademia Nazionale d’Arte Dramatica Silvio D’Amico, y alterna su trabajo en la escena oficial con la experimentación. Francesca Macrì, directora y dramaturga, se especializa en Historia del Teatro en la Universidad de Pavia y colabora en el Laboratorio de Dramaturgia Antigua de esa casa de estudios con el fin de reescribir y poner en escena textos antiguos. Alice Banducci, la productora y organizadora de la compañía desde 2008, es graduada en Filosofía por la Universidad Bocconi de Milán, y ha obtenido un master en Gestión de Empresas Sociales, Sin Fines de Lucro y Cooperativas. El sábado 14 me había planteado hacerles una entrevista breve después de la función, entrevista que no concretamos porque los acompañé a llevar el banco de madera que es el escenario de la pieza hasta la casa donde están parando en Buenos Aires y después nos fuimos a comer al centro, donde nos quedamos charlando hasta las tres de la madrugada. Esta semana se presentarán en Córdoba (el 18 en el Istituto Italiano di Cultura, el 19 en el teatro La Chacarita, y el 20 en el Complejo Cultural Victoria de Oncativo), luego se irán a Chile, y ojalá presenten la trilogía NEI DINTORNI DELL’INETTITUDINE – LINEA BIANCA + PANCHINA, formada por IN PUNTA DI PIEDI, LA SPALLATA (basada en Memorias del subsuelo, de Fiodor Dostoievski) y FRAGILE SHOW (sobre El malogrado, de Thomas Bernhard) en el próximo FIBA. De las tres también he visto FRAGILE SHOW en DVD; por eso, en forma entusiasta, haré militancia para que lleguen a presentarla aquí. Si cuento esto es porque los tres son jóvenes, simples, buena gente, extremadamente talentosos y merecen nuestra atención. Porque como dijo el Diego cuando dejó de jugar, la pelota no se mancha. Y el teatro tampoco. Biancofango lo honra.


IN PUNTA DI PIEDI / DE PUNTILLAS, de y dirigida por Francesca Macrì y Andrea Trapani. Proyecto Luces: Mirco Maria Coletti. Distribución y Organización: Alice Banducci. 11 al 13 de noviembre, Teatro del Abasto; 14 de noviembre, Universidad Popular de Belgrano.

1 comentario:

  1. Es una obra maravillosa, dulce en el personaje del tímido, fuerte y cruel en el otro personaje. Uno se puede identificar, los que hemos tenido una infancia con discriminación por ser simplemente diferentes.

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