Jueves 12
Dromómanos (Argentina, 2012). Escrita y Dirigida por Luis Ortega. Producción: Ignacio Sarchi y Luis Ortega. Intérpretes: Alejandro Tobares, Luis María Speroni, Ailín Salas, Brian Buley, Camila Maidana. 65m. Competencia Oficial Argentina.
AQUÍ ESTOY, AQUÍ NO parece tangencial y caprichosa aunque el hecho de montarse en su propio paradigma la convierte en un objeto extraño e irresistible. Sus confesos ecos al arco dramático de Vértigo no le impiden soslayar la reverencia cinéfila para convertirse en una comedia poco indulgente sobre la clase media en Santiago de Chile a través de un personaje que ni está dormido ni despierto ni consciente de las múltiples realidades que lo atraviesan, como si al pobre Ramiro aún lo cruzara un terremoto que lo hizo estallar como una sandía, como si se lo hubiera tragado la tierra y él la viese desde abajo, o como si surcase interminablemente el cielo como una flecha sin acertar a saber qué es lo que le ha sucedido, como le ocurre a ciertos colectivos, o a ciertas ciudades, o a ciertos países.
Aquí estoy, aquí no (Chile, 2012). Escrita y Dirigida por Elisa Eliash. Producción: Shoot the Bastard / Kiné Imágenes / Constanza Sanz Palacios Films. Fotografía: Florencia Larrea. Montaje: Elisa Eliash. Intérpretes: Juan Pablo Correa, María José Siebald, Constanza González, Elvis Fuentes, Jorge Rodríguez. 96m. Competencia Oficial Internacional.
La verdad en FRANCINE no radica en su verosímil sino en su conciencia, y eso es lo que la hace vulnerable. Esa ex convicta cuya reinserción social se conecta decididamente con lo zoológico desnuda una parábola harto transitada por alguna clase de cine pariente de las crisis, parábola que la cotidianeidad supera con su carga de absurdo y que ni siquiera el esforzado trabajo de Melissa Leo rescata de la medianía del indie, medianía que incluye la eutanasia a un perro y un brusco cambio (poco efectivo) en el registro fotográfico una vez que el perro ha muerto. ¿Pura catarsis? Puede ser, algo así, angustiosa más que angustiante digamos (porque lo angustioso siempre está fuera de uno mismo).
Francine (EE.UU/Canadá, 2012). Escrita y Dirigida por Brian M. Cassidy y Melanie Shatzky. Producción: Joshua Blum, Katie Stern. Fotografía: Brian M. Cassidy. Montaje: Nikola Chapelle. Intérpretes: Melissa Leo, Keith Leonard, Victoria Charkut, Dave Clark, Mike Halsteas. 74m. Competencia Oficial Internacional.
Viernes 13
¿POLICEMAN mantiene latente su violencia por una cuestión meramente presupuestaria, o habrá sido una elección que anida y se anuda en el guión y uno no termina de darse cuenta? Porque uno descubre que el guión permite algunos desbordes que en manos de otro director hubieran disparado imágenes cuyo despliegue visual hubiesen favorecido la tensión dramática del relato, tensión que no levanta vuelo porque Lapid prefiere el tono grave del análisis político al despliegue cinematográfico que las primeras escenas (sobre todo el paseo en bicicleta de los miembros del escuadrón) empezaban a crearnos una (morbosa) inquietud. Y es una lástima porque al final los disparos ya no hacen falta, ni para la acción ni para el discurso.
Policeman (Hashoter / Policía, Israel, 2011). Escrita y Dirigida por Nadav Lapid. Producción: Ital Tamir. Fotografía: Shai Goldman. Montaje: Era Lapid. Intérpretes: Yiftach Klein, Yaara Pelzig, Michael Mushonov, Menashe Noi, Michael Aloni. 107m. Competencia Oficial Internacional
En las faldas del monte Tabú Aurora tiene su hacienda, heredada de su padre. El monte Tabú está en las colonias portuguesas del África, tierra de misterio y aventura para los portugueses imperiales. Y Aurora jamás ha desperdiciado una sola bala practicando caza mayor por lo que es una señal de alarma esa oportunidad en la que comete un yerro, se entera de que está embarazada y se enamora de Gian Luca, el forastero. Todo un melodrama que a Pilar le hubiese encantado ver en el cine, sola, en la primera fila, alguna de esas tardes en las que Doña Aurora, su vecina, no se le metiese en casa con Santa, su criada negra. Es que Pilar está muy sola y a veces pareciera que es en el cine donde comprende mejor su vida, como al ver esa película muda del intrépido aventurero que por amor a su mujer muerta se deja comer por un cocodrilo que desde entonces será un cocodrilo melancólico, tan melancólico como la memoria del mundo. TABÚ, la película de Miguel Gomes, es de una simpleza insobornable y a la vez de una profundidad que sedimenta con el tiempo; Gomes no pretende que el espectador comprenda su historia y saque conclusiones inmediatas y tranquilizadoras (que es una épica sobre el colonialismo podría ser una, pero yo prefiero que TABÚ sea un náufrago que le enseña a leer a una analfabeta), sino que lo obliga a dejarse llevar por la narración como un chico al que le cuentan un cuento antes de irse a dormir. TABÚ no dialoga con el cine como dicen por ahí; para mí que lo reinventa. Gomes ya lo estuvo probando con A cara que mereces (esa película de la que no queda claro si es un musical o una película infantil, las dos cosas o nada de eso, o un juguete para ver en el Cinegraf) y Aquel querido mes de agosto (donde las postales del verano ni son verdaderas ni son ficticias), y sobre todo con Kalkitos, ese cortometraje sobre la negación a crecer y la imposibilidad de comunicarlo. Y que también es en blanco y negro como el viejo cine, ese que al verlo deja en el alma una saudade infinita por lo que ya fue.
Tabú (Portugal/Alemania/Brasil/Francia, 2012). Dirigida por Miguel Gomes. Escrita por Miguel Gomes y Mariana Ricardo. Producción: Luis Urbano, Sandro Aguilar. Fotografía: Rui Pocas. Montaje: Telmo Churro, Miguel Gomes. Intérpretes: Teresa Madruga, Laura Soveral, Ana Moreira, Henrique Espírito Santo, Carloto Cotta. 111m. Trayectorias.
Sobre ANTE LA LEY tendríamos que decir que la regla básica de cualquier documental es dejar en claro que su objeto de hipótesis es ese y no es otro. Aquí pareciera que el escándalo que produjo la publicación del cuento La narración de la historia en la revista Centro es la razón de ser de esta película, pero no. Como este documental no tiene un objeto claro de hipótesis (ni es el caso judicial, ni la vida del escritor Carlos Correas, ni el ambiente gay de los ‘50/’60, ni la vacuidad de nuestros intelectuales), es que sus 138 minutos dejan más dudas que certezas sobre su validez cinematográfica. ¿Para qué tantas cabezas parlantes hablando sobre la persona de Carlos Correas si el resultado de su imagen es nada más que una entelequia? ¿Para qué asistimos a la puesta en cámara del cuento La narración de la historia, si podía leerse un párrafo para que quedase claro el anacronismo de su obscenidad? ¿Y por qué adaptarlo al hoy más recalcitrante, cuando las relaciones homosexuales no admiten controversia? ¿Por qué abandonar a mitad de metraje la investigación del juicio que juzgó a Correas y Lafforgue, respectivamente, a 6 y 3 meses por ofensa al pudor, porque el expediente se ha destruido luego de una equis cantidad de años o porque el juez Bruzzone muestra que la sentencia de dos páginas no registra los motivos de la decisión? ¿Por qué no buscar las trazas perdidas de los recorridos homosexuales en la Buenos Aires de los ’50 y los ’60 para descubrir en el aquí y ahora los restos de un existencialismo olvidado? ¿Por qué todo está dicho y queda la sensación de desconocer todo lo que se dijo? Un trabajo sumamente fallido, o un ejercicio demasiado prolijo sobre un escritor oculto y sobradamente incorrecto, testigo de una época que le minó la vida.
Ante la ley (Argentina, 2012). Escrita y Dirigida por Emiliano Jelicié y Pablo Klappenbach. Producción: Saula Benavente. Fotografía: Pablo Bernst. Montaje: Mariano Graglia. 138m. Competencia Oficial Argentina
SLEEPLESS KNIGHTS habla sobre la crisis española, sobre los emigrantes que escapan de esa crisis, sobre los pueblos que se duermen hasta la muerte o que pierden sus tradiciones en la noche del tiempo. Está filmada en Extremadura, y sus bellísimos planos evocan ese poema de Miguel Machado que dice El ciego sol, / la sed y la fatiga. / Por la terrible estepa castellana, / al destierro, / con doce de los suyos / -polvo, sudor y hierro- / el Cid cabalga. Pero una película hablada en español con título en inglés y capitales alemanes da para desconfiar, y tanto folklore globalizado por momentos alcanza el límite del bodrio… y a veces lo supera.
Sleepless knights (Alemania, 2012). Escrita, Montada y Dirigida por Stefan Butzmühlen y Cristina Diz. Producción: Björn Koll. Fotografía: Stefan Butzmühlen. Intérpretes: Raúl Godoy, Jaime Pedruelo, Ángel Muñoz Ruiz, Pepa Durán Sánchez. 82m. Cine del Futuro
Sábado 14
LOS SALVAJES es una película enorme. Su desmesura se observa en las pulsiones que despierta más que en la razón que las asiste, y esa mezcla de western, alegoría religiosa, road movie, horror, vacío existencial y exceso geográfico, todo junto en cada imagen, lógicamente provoca y asusta. Es así de fuerte y poderosa porque está a la altura de sus ambiciones. También será difícil olvidar los rostros de esos cinco adolescentes viles, sobre todo los de Monzón y el niño Simón, con los nervios en un hilo y la humanidad transida.
Los salvajes (Argentina, 2012). Escrita y Dirigida por Alejandro Fadel. Producción: La Unión de los Ríos. Fotografía: Julián Apezteguía. Montaje: Andrés P. Estrada, Delfina Castagnino. Intérpretes: Leonel Arancibia, Sofía Brito, Martín Cotari, Roberto Cowal, César Roldán. 130m. Competencia Oficial Internacional
Las películas de Hong Sang-soo son algo así como el origen mismo del BAFICI. Desde que se presentó Kangwon-do ui him en la primera edición del BAFICI (1999) año tras año vimos cada opus de este Woody Allen coreano que en realidad (hay que ser justos) no se parece a nadie. Las películas de Hong son siempre la misma con variantes más o menos felices; entre las más felices podemos encontrar Woman on the beach (la que me llevó a seguirlo consecuentemente) y entre las menos, THE DAY HE ARRIVES. No es que sea una película fallida: tan solo se agota en su juego de puntos de vista y constante retorno y nos permite reír con una risa franca con algunos chistes muy eficaces sobre las relaciones afectivas entre hombres, mujeres y amigos. Pero no quedará mucho más en el recuerdo excepto que el año que viene lo esperamos otra vez a sala llena.
The day he arrives (Book-chon bang-hyang/El día en que llega él, Corea del Sur, 2011). Escrita y Dirigida por Hong Sang-soo. Producción: Kim Kyoung-hee. Fotografía: Kim Hyung-koo. Montaje: Hahm Sung-won. Intérpretes: Yu Jun-sang, Kim Sang-joong, Song Sun-mi. Kim Bok-yung. 79m. Trayectorias.
Bestias que viven en un parque zoológico a cielo abierto. Eso es BESTIAIRE, la película con la que Denis Coté compite en la sección Cine del Futuro. Durante 72 minutos el espectador asiste al recorte que de esa realidad ofrecen los planos de Coté, planos que acompañados por el sonido que los animales producen en el espacio (sonido que casi siempre está fuera de campo) tal vez genere desde aburrimiento hasta pánico, como en ese momento en que las cebras se ponen nerviosas y patean el piso y las puertas del establo, y más allá los leones también se inquietan. Un halago: es una película imposible de contar. La experiencia es de ustedes.
Bestiaire (Bestiario, Canadá/Francia, 2012). Escrita y Dirigida por Denis Coté. Producción: Sylvain Corbeil, Denis Coté. Fotografía: Vincent Biron. Montaje: Nicolas Roy. 72m. Cine del Futuro.
Exequiel no es exitoso y tiene una vida muy poco excitante en San Antonio, una playa al sur de Santiago donde el Pacífico enfría a Chile. Da clases de educación física en una escuela primaria, sus alumnos le prestan la mínima atención indispensable, y aunque haga rifas y les de como premio una camiseta naranja con la foto grupal de todos los compañeros abrazados (justamente la gana Rubén, el chico al que le gusta jugar al básquet como a él) es difícil despertarles el interés por el deporte, o por el juego. Su papá está viejo y a Exequiel le cuesta dejarlo solo para tener su propia independencia; Carmen, su hermana, se casó y vive en Santiago con un comerciante que hasta habla en coreano; Fabián se quiere divorciar y busca su interior más profundo en algún libro, y de repente vuelve la Emiliana, divorciada también, a quitarle la marca autoadhesiva de la camisa nueva. Con este material otros directores independientes y debutantes hubiesen hecho una película de tópicos costumbristas ganada por el melodrama en algún momento cercano el final aunque contemplativa, mesurada y distante. Pablo Cerda no se deja tentar y su EDUCACIÓN FÍSICA es una comedia con menos televisión de lo que parece, con la elegancia de un clásico como Marty por ejemplo, con apuntes zumbones sobre la vida provinciana en un Chile de mercado, y con una puesta en escena que progresa junto a la curva dramática a medida que Exequiel (Cerda también, francamente notable y con 26 kilos demás) se vuelve introspectivo, se le encienden los ojos y todo alrededor tiene otro color. Merece el recuerdo en esta edición del BAFICI. Una sorpresa entrañable de bienvenida ternura, y por si fuera poco con muy lindas canciones que uno quisiera volver a escuchar mientras se clava una Chuck Norris en Hollyfood, solo, un sábado a la nochecita.
Educación física (Chile, 2012). Dirigida por Pablo Cerda. Escrita por Pablo Cerda y René Martín. Producida por Carolina Soltmann y Pablo Cerda. Fotografía y Cámara: Jorge González. Montaje: Sebastián Arriagada. Intérpretes: Pablo Cerda, Tomás Vidiella, Francisca Lewin, Carmen Fillol. 105m. Panorama.
No es el principio del verano; promedian las luces largas, el calor, el verde. Giacomo y Stefi pasean por un bosque, llegan al río, se bañan, juegan. Pasa un día, pasan dos, pasa una noche en un parque de diversiones, en un baile popular, tocan la batería e inventan canciones. Se conocen mucho parece. Y cuando vuelven Stefi va parada en la bicicleta que conduce Giacomo. La sonrisa de Giacomo es franca; a Stefi pareciera que la cruzan pensamientosmás profundos. Cae el sol pero la luz es diáfana como toda esta película. Pero unos momentos antes pasó algo extraño: mientras jugaban en el río a Stefi le entra arena en el ojo y se asusta. Un corte a negro marca la pauta de que algo más sucede. El conflicto se planteó segundos después de comenzada la historia: Giacomo es sordo. Como Bárbara. Y ya no hay tanta inocencia como hemos visto previamente, y al final hemos crecido nosotros también porque nos sentimos un poco defraudados. ¿Por la película? No, para nada. Al final nos damos cuenta de que no somos chicos y que por hablar del pelo largo que parece barba entre las mejillas se nos escapa otro nombre sin querer. Cuando vemos por primera vez el rostro completo de Giacomo han pasado unos cuantos minutos de proyección; hasta entonces vimos su andar hacia adelante y escuchamos su voz raspada. Al final, cuando ya lo conocemos lo suficiente, queremos quedarnos con parte de su verano si es que estamos cerca del otoño y empezamos a mirar atrás. Por suerte no es una película notable, es nada más que bella.
L’estate di Giacomo (El verano de Giacomo, Italia/Bélgica/Francia, 2011). Escrita y Dirigida por Alessandro Comodin. Fotografía: Tristan Bordmann. Montaje: Joao Nicolau y Alessandro Comodin. Producción: Faber Films / Les Films Nus / Les Films d’Ici. Intérpretes: Giacomo Zulian, Stefania Comodin, Barbara Colombo. 78m. Adolescencias.
Pasado el BAFICI vuelve el teatro al Blog de la Esquina Peligrosa. Hemos visto Escandinavia, La patria fría, El gigante Amapolas y La edad de oro, y comentaremos cada uno de esos espectáculos. Y si tienen ganas y si tienen tiempo investiguen un blog amigo, http://californiateatro.blogspot.com; parece que además de estar bueno el blog, se está cocinando algo sustancioso. ¡Háganse fan de California, yo sé lo que les digo!
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